viernes, julio 21, 2006

El consumo que nos consume

Todos compramos cosas. Cosas necesarias y otras que no lo son tanto, pero igual nos hacen felices. Siempre me he preguntado cuánto influyen en cada persona esas técnicas de los comerciantes para que uno caiga y termine dándoles toda su plata por algo que en realidad no gustaba tanto. Yo sé que no caigo en esto, porque precisamente cuando se me acerca un vendedor con el típico “¿Te puedo ayudar en algo?”, es como si me pusieran repelente. No me gusta hablar con ellos a menos que yo los busque, y cuando eso pasa, ya tengo decidido lo que quiero comprar sin que nadie haya influido.
En los supermercados la cosa es distinta, pero no menos “persuasiva”. Hay muchas, pero muchas técnicas que ellos usan para que uno compre. El otro día leía en un reportaje que en los supermercados todo está pensado estratégicamente: los carritos se inclinan hacia la derecha para que justo-justo uno se acerque a las góndolas y saque algo, la música es suave para que uno se relaje comprando, los pañales están cerca de las cervezas para que el marido que vaya a comprar los pañales por encargo de la esposa, pueda tentarse con las Heineken, las Brahma y las Cristal (puaj las Cristal). Y así, todo es un plan maestro en el que la mayoría de la gente cae.
Yo no lo voy a negar, me gusta comprar cosas, pero lo pienso harto antes de hacerlo. No tengo ninguna tarjeta de crédito porque no me gusta el concepto de tener algo sin haberlo pagado completamente. Siento que no es mío hasta que no lo pague, así que todo al contado no más. Y como no soy millonaria, compro al contado lo que se puede y para lo otro se ahorra.
Toda esta perorata a propósito de que ayer fui al Líder y me regalé puros gustos. Un chocolate, un bolso, un té irlandés, un par de calcetines y comida más cara que la de la semana para mis gatos. Es muy entretenido comprar (pero sin endeudarse).

1 comentario:

bufonazo dijo...

UY! EL CONSUMO ME CONSUME....QUE GRANDE ES "TOMY" MOULIAN