lunes, junio 23, 2008

Wall-e y varias cosas más

No me acuerdo cómo salió el tema, pero con una amiga nos pusimos a hablar por msn de a quién le heredaríamos nuestras cosas en caso de morir. No es que yo tenga propiedades de millones de pesos ni joyas que han pasado de generación en generación, pero no me gustaría que mi colección de libros o discos se perdiera ni alguien pudiera apreciarlas.

Más allá de esos detalles, hay un tema que me importa bastante: mis ahorros del banco (que tampoco son el último pozo de la Lotería, pero algo es algo). Porque claro, yo entro vía Internet con mi clave secreta y por razones obvias, nadie más la conoce. Y no estoy ni ahí con que los usureros del banco se queden con el $$$$ que estaría mucho mejor destinado a mi familia. Así que le comenté a mi amiga que por ahí guardo un sobre con instrucciones de la clave y oh casualidad, ella había hecho lo mismo.

La verdad no sé si existe una forma más seria para regular eso. No he averiguado.

Ya. Giro drástico para hablar de uno de mis temas favoritos: las películas.

“Wall-e”: Quizás soy poco objetiva. Es que me gustó mucho. Wall-e es un destartalado robot que ha vivido solo en el Planeta Tierra por cientos de años limpiando la basura que dejaron los irresponsables humanos y de paso, guardándose para sí las cosas que más le llaman la atención: encendedores, cintas de VHS, juguetes y todo tipo de cachivaches (bastante cachurero... me sentí identificada con él en eso de guardar cosas inútiles). Esa diaria rutina se rompe con la llegada de una nave y su misteriosa pasajera, la implacable robot "Eva", a quien sólo le interesa investigar si existe algún indicio de vida humana y disparar a mansalva ante cualquier sonido extraño. Me recordó a Terminator.
Antes de ver la película, pensaba que era difícil que el público se encariñara con personajes que no tienen parlamento, salvo pronunciar sus nombres en tono robot (“Eeeeee-vah”, “Waaaaaaall-e”, se llaman así todo el rato), pero Pixar lo hace. Los ojos son claves, parecidos a los de los monos japoneses. Escribí una reseña más larga para otra página, por si a alguien le interesa, se puede ver ACÁ. Ojo con ese sitio. Dará que hablar en un tiempo.

“The Happening”. Me resisto a decirle “El fin de los tiempos”, como le pusieron a la película de M. Night Shyamalan. También me molesta cuando encasillan a este director como “el que hizo Sexto Sentido y nada bueno después”. O desdeñan a “La dama en el agua” por ser demasiado infantil. Digan que no les gusta y punto, pero no den por concluido algo en lo que claramente hay quienes pensamos distinto. En fin. De un día para otro las personas empiezan a atentar contra sí mismas sin razón aparente en toda la costa noroeste de EEUU. Obreros de una construcción se tiran al vacío, un cuidador del zoológico se deja devorar por los tigres, etc... La tesis es similar a la de “Los Pájaros” de Hitchcock: hay eventos de la naturaleza que no se pueden explicar ni tampoco se sabe cuánto durarán ni por qué se desencadenaron. Me sorprendió que a las 8:33am el Central Park pueda tener esa vida urbana. A esa hora tan temprana, además de trotar, la gente conversa, pasea, lee libros... acá a las 8.30am todo está muerto, excepto el metro y las micros. Desde “El Orfanato” que no iba al cine en esta modalidad. Un agrado como siempre.

"King of California". Me tocó la fibra esta película. Michael Douglas y Evan Rachel Wood son el padre y la hija de una familia disfuncional y compuesta sólo por ellos dos. Él viene saliendo del Hospital Psiquiátrico después de estar dos años internado por problemas mentales. Ella es la hija de 16 años que tuvo que dejar el colegio y trabajar doble turno en McDonalds para pagar la hipoteca y tener con qué vivir mientras tanto. Cuando el padre vuelve a la casa, llega convencido de que hay un tesoro español escondido en la ciudad desde la época de la Colonia y según los cálculos de sus mapas, el lugar exacto está dentro de los terrenos del hipermercado más importante de la zona. Es como si acá a alguien se le ocurriera que en un Líder o en un Jumbo, en la sección de Congelados, hay galeones ocultos y una noche, se las ingeniara para entrar a la mala y comenzar a cavar. Es simple la película, de esas sin grandes aspiraciones de recaudación, pero a la vez, mucho más humana. Me encariñé con los personajes. La estrenan en el cine el 03 de julio, pero está disponible en dvd hace mucho tiempo, así la vi yo. Cosas que no entiendo.

"Frontiers": Es LA película gore de esta última semana. Es francesa, gustó en EEUU y ahora su director está metido de lleno en Hollywood. Trata de un grupo de jóvenes de los suburbios de Paris que huye de los disturbios provocados por las elecciones. Así llegan al hostal de un sitio aislado del mundo donde vive un grupo de personas lideradas por un anciano nazi y fanático. Yo he visto algunas “Saw” y en general, soporto el gore. Claro, pongo cara de asco cuando muestran mucha sangre o matanzas, pero aguanto. Sólo quiero decir que “Frontiers” supera la norma de violencia, porque tiene MUCHAS escenas de muerte y de varias formas distintas. Hay quemados, estrangulados, torturados, cercenados... y todo condimentado con los gritos-aullidos de la protagonista. Yo sé que todo son prótesis, la gente me lo reitera cuando pongo caras o me quedo tensa, pero no hay caso... la sufro. Aún así la vi completa. Claro que después tuve que despejarme.

miércoles, junio 11, 2008

Times New Roman

Yo no sé por qué está ampliamente aceptado que los informes, documentos y cosas “serias”, deben ir escritas en Times New Roman 12... así que hace tiempo que escribo todo en Trebuchet, Comic Sans, Baskerville Old Face, Tempus Sans... y al final, si es estrictamente necesario, lo convierto a Times New Roman.
No me gustan esos formatos predispuestos y TNR, de tanto verla en todas partes, ya me parece demasiado aburrida.

Podría hablar ahora de mi vida personal, como para amenizar los días que he estado sin actualizar el blog, pero no lo haré porque me carga contar mis cosas si no es a amigos de confianza y de preferencia en vivo y en directo, así que me voy por lo fácil y escribiré sobre algunas de las películas que he visto en estos (fríos) días:

Teeth: Si usted es hombre y además, hipersensible, mejor pase con esta película. Trata de una niña virgen que, de un día para otro, se da cuenta que las antiguas leyendas de la vagina dentata son ciertas. Es más, ella la tiene y todo con el que se relacione termina castrado... sin anestesia. Hasta a mí me dio cosa. Después entendí por qué los hombres que estaban en la fila del video club de Huérfanos pusieron cara de asco cuando dije el nombre de la película. Ya la habían visto.

Be kind rewind: Jack Black es de esos actores que la gente puede amar u odiar, con pocos puntos grises. A mí me cae bien, sobre todo después de “School of rock”, esa película donde hace de Whoopi Goldberg en versión masculina con un grupo de alumnos que aprende a cantar. En “Be kind rewind” es un tipo que, por una tontera en la planta eléctrica de su ciudad, queda magnetizado y echa a perder todas las películas que se exhiben en las vitrinas del video club de su amigo, así que para no acabar el negocio, se ponen a grabarlas ellos mismos en versión casera. Muy casera. Esa premisa me tincó desde que la leí el año pasado, así que la arrendé apenas llegó y bien, no me gustó tanto-tanto como pensaba, pero igual tiene escenas graciosas, como cuando “filman” Robocop o Los Cazafantasmas.

The other Boleyn girl: Cuando le conté a mi jefa que Eric Bana hace de Enrique VIII, casi le da un ataque, porque a ella le encanta ese actor. Yo sigo encontrándolo parecido a Christian Bale. Dejando atrás esos detalles, la película trata de Ana Bolena y su hermana María, junto con toda la entramada de intrigas y puñaladas por la espalda que se dan ambas –más Ana-, para ser las amantes del rey. Toda una lucha por el poder. El final de Ana Bolena todos lo sabemos –y si no, a repasar las clases de Historia-, pero el desarrollo es muy entretenido de ver. Me gustó la adaptación del libro, aunque para variar le sacaron varias partes. La ropa es linda también, aunque sé que si yo me pongo uno de esos vestidos así de largos, al tercer paso que dé me caigo al suelo.

Control: Joy Division es uno de esos grupos ingleses que ahora son de culto. El suicidio del vocalista a los 23 años tiene mucho que ver con eso. La gente que muere joven y en circunstancias trágicas se asegura la fama y que las generaciones posteriores se identifiquen con su tormentosa vida. Ian Curtis era epiléptico y eso se notaba en sus pasos de baile. El verano antepasado, cuando con mis amigas vimos “24 hour party people”, nos reímos cruelmente del numerito, pero esta película me dio más pena que risa. Aunque cada vez que veo un biopic artístico pienso lo mismo: “¿Cómo es que no han hecho todavía el de Freddie Mercury?”. Se viene. Espero.