lunes, agosto 27, 2007

Una historia zodiacal

Un amigo me pregunta que por qué no creo en los horóscopos que salen en el diario. Tengo un poderoso argumento para no hacerlo:

Hace cinco años, yo estaba haciendo mi práctica en la sección crónica de un diario conocido hoy como el más farandulero. Un sábado me tocó turno de fin de semana y después de despachar mis notas, sólo estaba esperando que me dieran el visto bueno para irme.

En eso, mi editor jefe de aquel entonces llega a mi puesto y me dice “Señorita, tengo que pedirle un gran favor de redacción”. Yo pensé que querría alguna otra nota y la verdad daba lo mismo lo que fuera porque como practicante, a lo que me pidiera tendría que decir que sí (profesionalmente hablando, no malinterpretar).

“Lo que pasa es que la astróloga de nuevo no nos mandó el horóscopo de mañana y tenemos que ponerlo. ¿Lo puedes hacer tú? Si quieres busca en los archivos de varios meses atrás y cambia algunas palabras para que no se vea igual”.

Plop como Condorito.

Basta leer cualquier horóscopo para darse cuenta de que hablan puras tonteras, pero reciclar los viejos y volver a publicarlos lo encontré penoso. Le dije a mi jefe que sí, ningún problema, y saqué a la luz las dotes imaginativas que todo el mundo tiene guardadas.

Lo inventé. Puse cosas favorables para mis amigas Aries y Cáncer, cosas más que buenas para los Géminis (porque yo lo soy) y no favorecí mucho a los Capricornio ni a los Piscis, porque los representantes que conocía en esa época no contaban con mi total simpatía.

La experiencia me sirvió también para volverme escéptica con el tema de los horóscopos de cualquier publicación, porque seguro que en otras partes se ha dado lo mismo. Aunque igual fue entretenido inventarlo por un día...

Y a pesar de las mentiras, rescato algo del zodiaco. No sé si a ustedes les pasa, pero la gente de mi signo siempre me rodea. Y los que son supuestamente afines (signos de aire) también. Cuando conozco a alguien nuevo y veo que tenemos los mismos gustos o pensamos similar en varios temas, resulta ser Géminis. Muy curioso.

miércoles, agosto 22, 2007

El simple hecho de ver tele

Cuando en una conversación cualquiera con gente desconocida se toca el tema de los programas de la tele, no falta el que con aires de suficiencia dice: “Es que yo no veo TV abierta porque nada vale la pena, dan pura basura”.

Soy un poco desconfiada cuando alguien suelta esa frase. Sobre todo si la misma persona diez minutos después está hablando de lo buena que era la teleserie “Alguien te mira”. ¿Y cómo la vio entonces? ¿Hemos vuelto a la tradición oral y se la contaron con lujo de detalles? ¿Se dio el tiempo de leer los resúmenes en la página web de TVN? ¿Es amigo de los guionistas?

Ninguna de las anteriores, seguramente el pastel sintonizó TVN más de alguna vez y ahora sale con que “no ve tele abierta”.

Es cierto que hay programas menos malos, malos y muy malos en la tele local, pero tampoco hay que echar en el mismo saco a toda la parrilla programática… sería injusto porque hay cosas que sí valen la pena y sí son buenas. Además, no por nada las estadísticas dicen que los chilenos en promedio dedicamos 2,5 horas diarias a mirar la pantalla chica.

Mi tele Panasonic está siempre sintonizada en Canal 13. En las mañanas me despierto con “3x3” y luego sigo con “En boca de todos”, mi noticiario favorito. En las tardes “Papi Ricky” (sí, y qué) y el comienzo de Teletrece, así que de lunes a viernes no se recorre más que el canal del angelito. Podría ver también las películas de La Red, pero ese canal tiene pésima señal en mi casa o definitivamente tengo que comprar una antena nueva.

Pero lo que uso más es el dvd para ver películas y series. He llegado al penoso nivel de automatización de apretar el botón de pausa mientras dan las noticias. Muy inteligente de mi parte.

Así que eso, no reniego de los programas a los que le doy sintonía, y atrás quedaron los tiempos en que sólo me dejaban ver “Heidi” y “Candy” para después decirme lávate los dientes, los niños no deben ver tele de noche, si ves mucha los ojos se te van a poner cuadrados, hasta mañana hija.

Como ya se imaginan, la pregunta es qué rescatan ustedes de la TV abierta o qué rescatan del pasado (los buenos tiempos del “Jappening con Ja” propongo yo).

sábado, agosto 18, 2007

Qué es peor, renunciar o que te echen

Título alternativo: Qué es peor, patear o que te pateen

El tema de este post nació así: Compré en la tienda-más-barata-de-Santiago, TXT, un libro y un disco, y de regalo, me dieron otro libro de regalo a elección. Ningún título me llamó la atención, había una guía de vinos del 2004 (muy vieja), un libro de autoayuda (para eso mejor hablo con una amiga) un libro de poemas (no le pego mucho a la onda lírica) y estaba también el “Manual para ejecutivos cesantes”. Nada muy destacable como ven, pero el último se veía simpático y la reseña estaba escrita por Coco Legrand, así que me lo llevé para reírme un rato.

El libro es corto y se lee de una sola tirada. En el capítulo del despido propiamente tal, llamado PLR, se detalla el montón de frases clichés que se usan para el momento:

-“Tenemos que decirte algo que quizás no te esperes…”
-“Tenemos muy claro que eres un(a) excelente profesional, pero…”
-“Admiramos lo que has hecho y te tenemos gran aprecio, pero…”
-“Por tu propio bien, es mejor poner término a nuestra relación laboral…”
-“Me veo en la obligación de decirte que hemos decidido prescindir de sus servicios...”

Y así, con el discurso prearmado, en donde la persona que lo dice sólo aprieta Play y repite la misma cantaleta de siempre, el afectado es despedido.

Estas mismas frases, con matices más personales, podrían aplicarse en relaciones de pareja, con clichés notables como “no eres tú, soy yo”, “seguro que otro te puede hacer más feliz que yo”, “te quiero, pero no puedo estar contigo”, y otras tantas que el colega Ripne desarrolló en extenso hace unos días en su blog.

Es que laboralmente hablando, si la situación es mala pero soportable, mil veces preferible que te echen. Por ultimo te vas con pena, pero con indemnización.

En el ámbito amoroso… ¿mejor patear o que te pateen?

Preferible patear, decía yo a muerte. Mil veces mejor ser proactiva que reactiva. Si ya la situación es triste, al menos quedarse con la certeza de que decidiste hacer lo que pensabas que era lo correcto y no recibir la terrible sorpresa y quedar Plop como Condorito, sintiéndote como un zapato usado y luego desechado.

Ahora no estoy tan segura. La persona pateada al principio lo pasa pésimo, pero se recupera antes de lo que cree y sigue adelante. El pateador(a), tiene vaivenes y en los días de tristeza o soledad le remuerde la conciencia saber si habrá hecho o no lo correcto (no lo digo por hablar, este último mes he conocido a tres “pateadores” que me confirmaron sentirse así).

¿Qué como andamos por casa? Digamos que puedo cantar con propiedad “Another one bites the dust” de Queen. Pero después de eso, “Alive and kicking” de Simple Minds.

Así que, considerando que no todas las historias tienen un final feliz y de una u otra manera todos hemos vivido el RECHAZO, no queda otra que tomar las cosas como vienen y poner la mejor cara, total son parte del aprendizaje… Pero ¿habrá alguna que definitivamente encabeza el ranking de lo peor?

Opinen y fundamenten… qué sería lo más terrible para ustedes
a) Que te echen del trabajo (con todo lo que implica la cesantía)
b) Renunciar al trabajo (obviamente no por una opción mejor, sino porque la situación actual es insostenible, o sea, igual se va a la cesantía)
c) Que tu pareja te patee (y más encima ni siquiera lo hayas sospechado venir)
d) Patear a tu pareja (y quedarte con la duda eterna)

lunes, agosto 13, 2007

Me gusta vivir en Santiago (y en Chile)

Casi todo el mundo odia Santiago, se dice que es asqueroso, que está colapsado en todas partes, que la delincuencia abunda… que apesta por donde se le mire.

A mí me gusta. Sé que tiene un montón de defectos, sé que el aire es tóxico (sobre todo si eres anciano o niño chico), sé que el metro es una lata de sardinas, pero aún así rescato algo bueno.

Por ejemplo, el sábado tenía que juntarme con mis amigas a las 8pm y salí antes de mi casa para pasear por el centro. Caminé por la Plaza de Armas, por Estado, Huérfanos, Monjitas y todas esas calles que existen desde la época de la Independencia. Tienen algo que me atrae, y pensar que existen desde hace tantos años, pero se han adaptado y siguen casi igual, pensar que la Catedral convive con palmeras justo enfrente y que los edificios antiguos tienen en los últimos pisos plantitas y ropa tendida, ahí en plena calle Compañía, lo encuentro encantador.

Más tarde, ya reunida con mi grupo, se nos ocurrió ir al cine y caminamos desde Plaza Italia a Santa Lucía bajando por la Alameda. Miré el edificio Diego Portales y me acordé del incendio que lo quemó en el verano, miré la universidad y el centro de extensión… pasamos por el cerro Santa Lucía y se oía un ruido muy lindo de cascadas, la Biblioteca Nacional…, pienso que todo lugar tiene su encanto.

No he recorrido mucho Chile ahora que lo pienso. Aparte de Santiago, la ciudad que más conozco es Puerto Aysén, por un curso de la universidad que nos hizo viajar allá por un mes con un grupo de compañeros para conocer y estudiar las radios locales.

Curanilahue porque en algún momento me bajó la onda solidaria y fui por misiones de la universidad, y también llegamos a la radio local.

La Serena por diversión, un viaje destinado principalmente a comer y pasear. Y bueno, la Quinta Región quién no la conoce a estas alturas. Valparaíso, Viña del Mar, Algarrobo, Concón y varias más son parte de cualquier itinerario que se precie de tal.

Pero con esto del blog se ha ampliado mi perspectiva. Por ejemplo, gente de Concepción, les cuento que nunca he puesto un pie en su ciudad, sólo sé que alguna vez el bus pasó de noche cuando iba camino a la XI región y no alcancé a ver nada porque estaba durmiendo. En Talca me bajé una vez a estirar las piernas y comprarme un pan con queso, pero tampoco la conozco bien. Por eso, cuando leo en sus blogs que fueron a tal o cual parte, me dan ganas de ir también algún día.

Tengo planes, para fines de este año, de aumentar el número de ciudades que conozco.

Y a ustedes ¿les gusta donde viven? ¿Odian Santiago? ¿Le hacen el quite? ¿Conocen Chile de Arica a Punta Arenas?

jueves, agosto 09, 2007

Como diría Queen, I want it all

Hace tiempo que no escribo nada de mí porque andaba en etapa de esconder la cabeza como una avestruz.

Tengo 27 años, pero no los represento. A veces me veo más chica que mi hermana menor, no me creen en el banco que soy cliente, en abril me pidieron el carnet en una disco y cosas así.

Antes no me gustaba, pero ahora sí.

Voy a decirle a todo el que recién conozca que tengo 21 años y que voy en tercer año de Periodismo, que no trabajo de lunes a viernes, que no tengo idea cuáles son los pros y contras entre una isapre y Fonasa, que no sé lo que es una cuenta corriente.

La tipa mentirosa.

Nunca pensé que estaría escribiendo esto, pero ya quiero que se acabe el invierno. (Y ojo que habla la que nunca toma sol porque lo odia y usa factor 60 y sombrilla porque si no le da rosácea en la cara)

-Quiero usar mis poleras y mis chalitas
-Quiero cumplir con la meta de tomar mucha agua diariamente sin congelarme la boca y el esófago (la inculta había puesto aquí la traquea pero la Vale -gracias Vale- me sacó del error)
-Quiero caminar por mi casa a pie pelado
-Quiero salir a pasear y tomarme algo en una terraza más allá de las 10pm sin tener frío
-Quiero que el cielo se ponga azul
-Quiero tomar té helado y no té hirviendo

martes, agosto 07, 2007

Old people

Un amigo me contaba por msn que estaba haciendo la cola del supermercado y le dio pena ver a una señora adulta haciendo la fila, así que le cedió su lugar. La “señora” pasó delante de él sin ni siquiera darle las gracias.

Ya sé que todos vamos a llegar a viejos, ya sé que hay que ser buen ciudadano, pero ¿dónde está la diferencia entre la amabilidad y el deber? Lo digo porque la gente mayor tiene metido en la cabeza que en todas partes deben cederle el asiento y darle preferencias sólo porque son adultos. El tema es que ya no es un favor, es una obligación, perdió lo espontáneo y eso no me está gustando.

Si yo hubiera estado en el mismo lugar de mi amigo y anduviera apurada, no cedo mi lugar. ¿Por qué tengo que hacerlo si se trata de mi tiempo y la señora puede hacer la misma fila que hacen los demás?

No hablo de las personas con obvias incapacidades físicas (un abuelo cojeando o una abuela que apenas camina merecen toda atención), sino de la gente adulta que sólo por tener más años que los demás cree que tiene derecho a todo, incluso a tratar con prepotencia al resto.

¿Cuántas veces se ha visto a gente mañosa que apenas se sube a una micro empieza a hablar en voz alta que cómo es posible que un escolar esté sentado? Al final el pobre niño se tiene que parar rojo de vergüenza y darles el asiento. Eso me enoja, porque todo el mundo tiene derecho a estar cansado.

Le decía a mi amigo que para estos casos, lo mejor es que los abuelos tengan su propia fila de atención al adulto mayor, pero ahora que lo escribo me doy cuenta de que optar por esa solución es tomar la vía fácil, es como decir “no me molestes a mí, para eso tienes tu fila aparte”. Quizás, la mejor solución sería que todos estuviéramos en una misma situación inicial, pero cediendo el espacio sólo a las personas que realmente lo necesitan y por su parte, que no todos los adultos mayores lo exijan cuando en realidad no les reportará ningún problema perder 15 o 20 minutos más de su tiempo haciendo la misma fila que hace el resto.

Estoy de acuerdo que los adultos son un grupo a respetar, pero no todos los adultos ni en todos los casos.

Es un tema que importa, porque en 50 años más el mundo va a estar poblado de viejos. Todos los que estamos aquí lo vamos a ser... ¿y cómo nos van a tratar? ¿y cómo vamos a tratar nosotros a los jóvenes y a los cada vez menos niños que habrá en el 2057?

sábado, agosto 04, 2007

Y ustedes ¿comen fruta?

Ahora que el costo de la vida ha subido tanto, ahora que los niños chilenos están cada día más obesos, ahora que todo el mundo se llena la boca hablando de alimentación sana, ahora que se acerca el cambio de estación… ¿qué onda con las frutas?

Las frutas clásicas

Manzana: La fruta prohibida cuando es roja, más ácida cuando es verde. Mal cuando se ponen harinosas, indispensables en los kuchenes de manzana. ¿Seguirán los alumnos regalándole una manzana roja y lustrosa a la profesora?


Plátano: Otro infaltable en los postres y en las colaciones. Yo me como uno diario. Viva el banana split. Mejor asegurarse de que la cáscara está en el basurero y no en el piso. La primera broma en doble sentido de mi vida me la hizo un gil cuando yo tenía 12 años e iba comiendo plátano por la calle.


Naranjas o mandarinas: Prefiero el vaso de jugo a los gajos sueltos. Además, nada peor que estar pelando una naranja y que te salte un chorro de jugo al ojo. Ceguera temporal. La cáscara y el envase del lápiz pasta Bic hacían pasar un buen rato en momentos de ociosidad.


Las frutas un poco menos populares

Kiwi: Mi primera comida diaria, dos kiwis. Me gusta que sean verdes y ácidos. Lo recomiendo para los que no los han probado. Hay algo más allá de ese animador de TV que mide como dos metros de alto y tiene pinta de poco avispado.



Pomelo: De moda ahora que es sabor estrella del agua envasada Next. Similar a las naranjas, pero con un dejo amargoso. Comprar sólo en temporada alta, o te cobrarán un ojo de la cara.


Los reyes y reinas del verano

Melón: Infaltable postre después de las humitas o el pastel de choclo. Recomendable en sus variantes verde claro y melón calameño. Comerse una mitad con una bola de helado justo en el centro alegra la vida, lo garantizo.


Sandía: Mi favorita. Un atado sacar todas las pepas, pero es tan roja y tan dulce que vale la pena. Hay gente que la come con tenedor y cuchillo, otros con cuchara, otros con la mano. El modo da lo mismo, pero hay que limpiarse bien después. Harina tostada encima, no gracias.

Frutillas: Es poco motivante comer frutillas congeladas, así que prefiero esperar al verano y la venta a granel. No es saludable abusar del azúcar o la crema batida, mejor la fruta al natural.


La fruta que se llevan los gringos

Arándanos: ¿Alguien vio algún arándano en el supermercado? Aparecen tarde mal y nunca y más encima a precio de caviar. Chile produce varias toneladas, pero casi todas se exportan a EE.UU.


Y ustedes ¿comen fruta? ¿cuál es su favorita?

miércoles, agosto 01, 2007

Agosto, mes felino

Presentando a mis mascotas. Toda la vida hemos tenido gatos en mi casa, y el jardín es cementerio de los que ya han muerto. No entiendo cómo hay gente que deja tirados a los animales en bolsas de basura en plena calle.

Nombre: Pucca
Edad humana: 1 año y medio
Características: Está esterilizada, y aunque no le interesan los gatos, igual se va a los techos a pasear. Todas las mañanas corre por la casa como caballo loco. Es el terror de las alfombras y el Whiskas de todos los sabores. Tiene acogida con toda mi familia y jura que las camas son para ella.
Cómo llego a mi casa: Por su propia voluntad saltó una noche desde la calle a la ventana de la pieza de mi hermana. Nunca más se fue y no tenemos idea de dónde vino.


Nombre: Jerry (mi gato favorito, se llama así porque su hermano –que ya no existe-, respondía al nombre de Tom)
Edad humana: 5 años
Características: Este gato es el más promiscuo de mis mascotas. Varias veces al año se pierde en los techos con sus pololas gatas. Carretes all night long. Pasan cuatro o cinco días y regresa al hogar, cochino y pendenciero como nadie. Arrasa con la comida y el agua, se lo duerme todo, se lava y le baja el periodo de tranquilidad casera hasta nuevo aviso. No está castrado, porque el gato es mío y yo quiero que viva en libertad. Aparte de mí, nadie lo quiere ni le hace cariño porque dicen que es feo y apestoso. Me costó varios días tomarle esta foto porque estaba más sucio de lo que se ve ahora. Es un gato un poco punga la verdad.
Cómo llego a mi casa: Fue escogido entre sus hermanos en una casa desconocida con el cartel “Se regalan gatitos”.

El dato freak
-En Chile, las dueñas de casa destinan anualmente cerca de $35.000 para comprar alimento para perros. El gasto medio del alimento para gatos alcanza los $18.938, según datos de la Revista Mercado Mayorista.

Preguntas sin respuesta…

-¿Por qué los gatos tienen un mes completo para ellos y los perros no, si se supone que son el mejor amigo del hombre y tienen mejor rating a la hora de escoger mascota?

-¿Por qué la mayoría de la gente odia a los gatos? (esta pregunta me la he hecho toda la vida)

-¿Por qué, salvo pocas excepciones, todos los gatos que salen en las películas son diabólicos?