miércoles, febrero 28, 2007

Miedos

Cuando era chica y estudiaba en un colegio de monjas de puras niñas, en los recreos jugábamos al caballito de bronce o a la ouija. Yo me sumaba a los dos, pero a la vez, odiaba los dos. El caballo de bronce lo odiaba porque como yo no era ágil, siempre tenía que hacer de soporte y los saltos resentían mi espalda. La ouija la odiaba porque en las noches no podía dormir acordándome de que habíamos llamado a la Quintrala y no sé quién más y las letras habían dicho cosas, ya no recuerdo qué, pero me acuerdo patente del visor moviéndose en frente nuestro.

Ahora pienso en eso y me da risa. Llevábamos lana roja, un par de tijeras, sacábamos la Biblia que estaba en la sala y empezábamos con el ritual. Una niña siempre se ponía en la puerta para avisar si venía algún profesor o una monja y alcanzar a esconder todo. Yo nunca dirigía nada, una porque no sabía y otra porque me daba miedo, pero tenía una compañera que era seca. Sabía leer las cartas y contar historias de duendes y brujas con tanta persuasión que yo la evitaba si podía.

Y claro, me hacía la valiente, pero en la noche sufría. Me desvelaba, me ponía paranoica y cualquier gato que caminara en el techo era Chucky que venía a matarme. Lo peor es que eso me duró hasta grande. Una vez estábamos con mis compañeras en Campus Oriente, y como había faltado un profesor a la clase, nos fuimos al patio de atrás a contar historias de terror. Mala idea. Tampoco pude dormir con esa historia del niño que le deja a su hermana de broma el brazo de un muerto en el dormitorio y otras más.

Lo bueno es que ya lo superé! El otro día me di cuenta de que ahora a lo único que le tengo miedo es a las arañas de rincón y los ratones. Y a un incendio cerca de mi casa. A nada más.

11 comentarios:

CDG dijo...

Me sumo a lo de los ratones.

Bien satánico el juego de la ouija. La verdad es que, estudiando en un colegio católico, nunca lo conocí. Igual ya el que a uno se le cayera la Biblia al piso era un despropósito absoluto. :-)

Saludos!

RIPNE dijo...

Jajaja, yo ya no sé a lo que le tengo miedo. Cachai que a veces al agua, al fuego, a la altura, a algún bicho y a veces nada.
Sólo sé que el caballito bronce era coolísimo y también jugábamos al zoooooooooooooooooooooooooooooo...
Si se te acababa el aire era una ensalada de chuletas en el traste, jajaja.

LA FURIA dijo...

Yo no llamo más espíritus desde que se me ocurrió invocar a la Elefanta Fresia y de repente desapareció todo el maní salado.

De las historias a mí me gustaba la del cuadro del niñito llorando. Lo tengo como fondo de pantalla y el mono todavía no me mata.

Alejandra dijo...

Cristian: Por experiencia propia y de otros amigos, en los colegios católicos se dan con más frecuencia todas las cosas como brujería y jumpers más cortos, precisamente porque están vedados y da más gusto romper las normas.
Ripne: Creo que nunca jugué a ese zoo... Tampoco creo que quiero jugarlo.
La Furia: Nunca escuché la historia del niñito llorando. Qué miedo. Mi fondo de pantalla actual es un paisaje de flores y montañas que bajé de National Geographic.
Saludos a todos!

Dannitas dijo...

Me acuerdo de chica cuando en el baño del colegio llamabamos a la Quintrala. Aunque ya ni me acuerdo bien como la llamabamos, Pero nunca creí mucho en eso. Ni tampoco en la Ouija, la que haciamos de forma artesanal con la monedita de 100 pesos.

De los juegos de niña, me acuerdo siempre de las rondas, me encantaban. Pero más que rondas eran dinamicas como las de Scouts.

:)

Besos

Bárbara dijo...

Yo fui partícipe de esa sesión de horror en Campus Oriente, y las historias sí fueron escalofriantes.....pero yo tengo cierta inclinación por esas cosas....las encuetro entretenidas y después no me desvelo.
Pero sí, le tengo miedo a las arañas: mientras más grande, peor. Una vez me pusieron delante de la cara una de esas arañas pollito, peludas y gigantes, y ni siquiera me salía la voz para decirle al tipo que la apartara.....mal mal
Saludos a todos y que estén bien
PD: yo tampoco conozco la historia del cuadro del niñito, por que no la cuentannnnn????

LA FURIA dijo...

"Cuenta la historia que este cuadro fue pintado por un artista español a un niño en un orfanato. Años más tarde este orfanato se incendio y el espíritu del niño quedó atrapado en esta pintura. Este fue el cuadro del que mas copias se reprodujeron en España y se distribuyeron al mundo.

En los 50 se dieron muchos casos de casas incendiadas donde se encontraba una reproducción de dicho cuadro, quemándose todo, incluido cadáveres, y lo curioso de todo esto es que el cuadro permanecía colgado en la pared sin un solo rasguño. Los que investigaron el caso no hallaron una explicación a este fenómeno, solo lo llamaron La maldición del niño llorón.

Se dice que al ver el cuadro, uno siente como el niño de ojos llorosos y mirada tierna te sigue con la mirada, se siente un ambiente que te pone los pelos de punta. Mucha gente posee este cuadro, pero dice que solo ataca a aquellos que descubren que el cuadro esta encantado, en la noche se escuchan lamentos lejanos, el niño sale del cuadro sube a tu habitación y te quita la vida, si es que no mueres antes de la impresión al ver su rostro endemoniado .Luego incendia la casa con todos adentro y borra así la evidencia de su crimen"

BUSQUEN EN GOOGLE POR "NIÑO LLORÓN" Y VERÁN LA IMGAEN, PERO POR FAVOR NO LA DEN VUELTA. ESTO ES EN SERIO. FUE PINTADO POR BRUNO AMADIO.

Alejandra dijo...

Ya vi el cuadro... pobre niño, pero da más ternura que miedo su carita. En todo caso, me daría pánico morir quemada. Gracias por la historia.

Sakuragi145 dijo...

Muy interesante el tema. Cuando niño sufrí por tener miedo, pero en algún momento se me pasó y ahora casi no pienso en eso. Creo que la única historia que me ha inquietado en el último tiempo fue la que me contó un conocido, un capísimo académico que no dudo en creerle. Dijo que un amigo lo vio estresado y le dijo que fuera a ver a una amiga. Pensando que era una mujer del placer, acudió. La sorpresa es que se trataba de una mentalista o adivina de origen europeo (con una historia increíble). Le dijo miles de cosas, pero la que más me llamó la atención fue cuando le comentó que en el pasado mi amigo era Plutarco. Unos días después decidió comprar un libro del sabio griego. Hasta el día de hoy lo tiene en su biblioteca, sin leerlo, ante el temor de reconocerse…

Bárbara dijo...

Uf, buenísima la historia del niño llorón!!!! me encantó, aunque a mí también me dio mas ternura que miedo, de verdad se ve como un niñito desvalido....
Muchos saludos a Ale y a su super blog, y a La Furia por compartir la historia con nosotros!!!!Gracias pues!

Anónimo dijo...

Yo he tenido conocidos que tienen ese talento pa contar historias... pero aunque me asusto un poco, termino por olvidarme de esas cosas que me contaban.

Saludos y mucha suerte.