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No sé si me gusta más Murdock o Mario Baracus (B.A. en el idioma original), pero si estoy escribiendo primero sobre Mario Baracus, por algo será. No sé qué es lo que lo hace tan encantador y generar simpatía a pesar de tener esa cara de perro de malas pulgas en TODOS los capítulos. A lo mejor es su talón de Aquiles de no tolerar subirse un avión y “obligar” a Aníbal, Faz y Murdock a engañarlo con somníferos para que viajara dormido. Cuando despertaba y ya estaban en el lugar de destino, sus “amigos” le decían con total descaro “pero si venimos viajando hace dos días en barco, Mario”…
¿Alguien ha visto el capítulo en que está a punto de vengarse de los otros y no comerse el sándwich dopado, pero a último minuto se arrepiente y se lo come igual? ¿O ese capítulo en que todo el grupo se esconde en la casa de la mamá de Mario y él se muere de la vergüenza porque ella lo trata como a un niño? ¿O ese en que va al dentista y está muerto de miedo?.
Bueno, él no es el único que me gusta. Ahí estaba Aníbal con su frase antológica de “me encanta cuando un plan se concreta” y su eterno puro que no se le caía nunca de la boca. Y Faz, mujeriego sindicado como “el único capaz de conseguirse cosas de la nada”. Memorable el capítulo en que están en una zona desértica y lo mandan a buscar un equipo de buzo, camina y camina hasta llegar a una tienda y se maneja tan bien con la verborrea que termina encontrando todo lo que le pidieron y mucho más.
Y Murdock… qué decir de Murdock. Hay un capítulo en que yo creo que se revela su verdadero ser, su capacidad de bloquear la cruda realidad inventando cosas o personajes imaginarios. El psiquiatra lo desenmascara medio a medio, pero entiende a la vez que es su método de defensa y que con eso no le hace mal a nadie.
Lo que más me gustaba de la serie era la parte de las “manualidades”, que generalmente ocurría antes de la pelea final, cuando debían ingeniárselas con lo que tuvieran a mano para tener armas de ataque y defensa. Todos ayudaban acarreando cosas, reubicando otras y por supuesto, ahí estaba Mario manejando la pólvora y haciendo explosivos que ya se los querrían los vándalos que protestan por estos días. Eso me recuerda la vez en que no tuvieron más remedio que blindar la camioneta GMC de Mario y después de la balacera de turno, terminó hecha polvo… o la vez en que se cayó al mar… uf. Gran camioneta.
Me acuerdo que en la tele daban también los monitos de Mr. T, en donde Mario caricaturizado se hacía cargo de un grupo de niños deportistas que viajaban por todo el mundo participando en competencias. Y por supuesto, cada niño tenía su problema personal del tipo “mi mamá no me quiere”, “tengo una enfermedad Terminal”, “mis amigos me rechazan”, etc. Y ahí estaba Mr. T para apoyar al niño en apuros y enseñar una lección de vida al final de cada episodio. Francamente, eso no me gustaba mucho. Prefería ver Los Magníficos, que eran mucho más entretenidos. Aunque debo decir que los capítulos los he visto ahora de grande, porque cuando era niña mi mamá no me dejaba ver programas en la noche, menos si eran violentos.
Hace poco leí que nunca, en ningún capítulo de Los Magnificos un malo murió. Como la serie se emitía en horario familiar en USA, aunque los bandidos fueron lanzados lejos por las bombas o cayeran al suelo tras un tiroteo, siempre se levantaban y huían corriendo, pero nunca muertos.