viernes, diciembre 15, 2006

Marcas, marcas, marcas

Leí en un diario que las tres marcas líderes de Chile en el 2006 son Coca Cola, Metro y Nestlé. No tengo especial apego con ninguna. La Coca Cola me gusta, pero creo que hace como un mes que no tomo, así que fanática no soy. Y cuando tomo, prefiero la normal, porque la light me deja con su sabor a azúcar falsa en la boca por varias horas. Sobre Nestlé... me gusta el chocolate Capri de guinda o frutilla, pero prefiero los yogures de Soprole. Y en cuanto al Metro, el caso es distinto, porque no hay Metro A o Metro B para escoger, es eso o nada. Tengo sentimientos encontrados con esto, porque el metro es rápido, pero la ventilación es pésima, además que siempre está colapsado. Ahora les ha dado por anunciar llenos de risa que a partir del 10 de febrero, con el Transantiago, va a aumentar el número de pasajeros. Yo no le veo lo positivo, si la gente va a estar más apiñada que antes.

Y hablando de marcas en mi vida, este es un ejercicio ocioso, pero me entretuve haciéndolo.


Todas las mañanas me levanto y me sirvo un vaso de leche Soprole con un poco de avena con miel y pasas de Selecta. A mis gatos les doy su mezcla de pellets con relleno Whiskas. Después me pongo crema de limpieza Nivea en la cara, me la saco con toallitas faciales del Líder, uso tónico Agua de Luna de Lush, crema de día Nutrissime de L’oreal, desodorante Lady Speed Stick y bloqueador solar factor +50 de Vichy (esto es lo más caro que tengo en tema cosméticos y vale la pena, porque el sol es muuuuuuuy malo).

Para el baño uso shampoo Elvive pelo liso, bálsamo Familand de hierbas, jabón Palmolive de miel y avena cuando estoy apurada o un gel de St. Ives de melón y pepino si hay más tiempo.
Después me pongo brillo de labios Maybelline, vaselina sólida de Cruz Verde en las pestañas y sería todo.


Camino al trabajo me compro un yogurt Next de frutilla o frambuesa o un Yoghito de Soprole que me como a las 11, cuando el hambre ataca. O una mitad de marraqueta con margarina Soprole. O pan de molde integral de linaza de Ideal. Escribo con mi lápiz Post-It en mi cuaderno Torre. Me tomo un té Dilmah y boto la bolsa porque no me gustan las recicladas.

Por las noches repito la misma rutina cremística en la cara, sólo cambia la Nutrissime de día por la nocturna y agrego agua de rosas de Farmacias Reunidas. Si caminé mucho, me pongo en los pies un gel relajante verde de Natura y calcetines de algodón para que se absorba. Me preparo una sopa en sobre de Maggi o Knorr o una pasta tres minutos de Luchetti si no me dejaron nada del almuerzo...

Creo que esa es mi relación diaria con las marcas. No me he detenido a pensar la razón de porqué me gustan, simplemente me gustan.

Por cierto, mi gata sigue tomando antiobióticos y está recuperándose :) Gracias por el ánimo de los amantes de las mascotas.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Yo opino lo mismo que Pamela... amigui, me hiperventiló tu fanatismo por las cremas... bueno, será por eso que tu cutis resplandece, galla...

En realidad, no siempre se es consciente de la omnipresencia de las marcas en la vida de uno. Si es por eso, todos podríamos ser llamados "marqueros", por la preferencia que tenemos respecto de ciertos productos.

Pero en cuanto a preferencia por marcas prestigiosas, en lo único que me declaro marquera es en los jeans. Aunque hago trampa, porque los compro en Divesa a un tercio del precio original.

Por lo demás, cuando elijo un producto, más que en el prestigio asociado a la marca, me fijo en que sea una mezcla de calidad, buen precio y un diseño interesante. Nada me llama más la atención que los envases novedosos o los colores bien utilizados; y en los productos de belleza, el olor es fundamental.

Pero insisto amigui, tanta crema!!!

Anónimo dijo...

Las marcas son un problema. De todas, ¿cuántas realmente tienen un plus de calidad sobre precio, que ameriten adquirirlas por sobre la misma, pero con envase diferente?.

Esa la fue la misma pregunta que me hice hace años trás, cuando en el umbral de mi post adolescencia... algo así como los 16 años, decidí no tener el deseo compulsivo de adquirir marcas para cada cosa de mi armario o mi habitacion.

Era raro si, ver como esom comenzaba a diferenciarme de mis compañeros de colegio particular, algunos de los cuales -en su forma mas contradictoria- buscaban ser algo hippies o grunge, claro que con pantalones americanino, zapatillas diesel y polerones soviet.

Personalmente creo que si las cosas dan su funcionamiento está bien; aunque obviamente un gustito inconsecuente de tanto en tanto es bienvenido, mas que mal la raza humana es imperfecta y casi ilógica por naturaleza.

Hablando de eso, y pa cerrar, mi pecado culpable de marca son las zapatillas y zapatos.

Me gusta calzar cosas buenas, cómodas y ocasionalmente caras... creo que estando bien de los pies, vas bien todo el dia; aunque me puedo equivocar, o no?