A veces, sólo por ser mujeres, estamos más desprotegidas. Me acuerdo que desde el colegio los permisos para niños y niñas eran distintos a pesar de tener la misma edad. En ese tiempo no lo entendía y me parecía injusto, pero ahora lo comparto un poco más, porque es cierto. No es lo mismo que por la noche ande en la calle una mujer o un hombre. Al hombre también lo pueden asaltar y dejarlo apenas con lo puesto, pero las mujeres se arriesgan a cosas peores... ya saben de qué hablo.
Y en el día, aunque una vaya paseando tranquila por la calle, no falta el baboso que se acerca y dice alguna rotería... incluso tocan algunos de cuello y corbata, todos caen en el mismo saco. Por eso es que me gustaría tener un guardaespaldas que sea rudo y atemorizante. Uno como Mario Baracus estaría muy bien. Así podría caminar tranquila, despreocuparme de que me roben el bolso los ciclistas que van por el costado; o ir a bailar a una discoteca y que nadie me moleste, porque mi guardaespaldas sólo les pegaría un combo en la cara y quedarían knock out. Me gustaría ser yo la que pegue los combos, esos que dan vuelta la cara y sale sangre. ¿Suena muy violento esto? Pienso que hay algunos que lo merecen, pero lamentablemente para mí, mis combos no le duelen a nadie.
Pasando a temas espaciales, comentaba con una amiga la pena que nos dio recibir nuestra revista National Geographic de diciembre... viene con un póster gigante de regalo del nuevo sistema solar, y ya no incluye más a Plutón. Me da pena porque fue dejado de lado como si no importara, y eso le pasa también a las personas, pero uno se defiende, en cambio él no.
miércoles, diciembre 06, 2006
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