Hoy salí a comprar a la hora de almuerzo y vi muchos puestos en la calle vendiendo calzones amarillos. También vi a mucha gente comprándolos como si el mundo se fuera a acabar el domingo.
Yo no creo en nada. No creo en los calzones, ni en las lentejas, ni en las maletas, ni en el anillo en la copa, ni en la vuelta a la manzana, ni en el horóscopo, ni en las cartas del tarot ni en las brujas. Soy una incrédula. En los diarios inventan los horóscopos, yo misma lo hice una vez cuando estaba en mi práctica. Y todo lo demás son supersticiones que no tienen fundamento.
En lo que sí creo es que uno cosecha lo que siembra, en todo sentido, cada cual es responsable de lo que recibe de acuerdo a lo que antes hizo. Feliz año.
jueves, diciembre 28, 2006
viernes, diciembre 22, 2006
miércoles, diciembre 20, 2006
El poder oculto de las secretarias
Cuando tenía que hacer trabajos en la universidad las odiaba, porque siempre eran una barrera a la hora de que conseguir la entrevista o la información que necesitaba.
Pero ahora me doy cuenta de que las secretarias son el poder oculto, la mano que mece la cuna a nivel oficinístico. Si uno quiere conseguir algo o acelerar los trámites, ellas son la clave. A mi profesor de la tesis del magíster lo hinché y lo hinché para que me entregara la corrección del borrador, pero siempre estaba ocupado en giras o charlas, hasta que acudí a la táctica de hablar con Consuelo “para ver si se podían apurar un poco las cosas”. Funcionó. Recibí la corrección y las dudas que he tenido hasta ahora con los libros, se las pregunto a ella y me manda mails con attachments de lo que necesito. Estoy en gracia con Consuelo y se lo agradezco, porque si me tuviera mala o no me pescara, quedo en la lista de pendientes para el 2008.
Por eso el 1 de diciembre todos los floristas vendieron muchos ramos y muchos bouquets en el día de la secretaria, muchos ya se han dado cuenta de lo que valen. Claro que hay algunas a las que se les pasa la mano cubriendo los errores o deslices amorosos del jefe, y a veces son ellas mismas las protagonistas de esos deslices.
En fin, mi experiencia me dice que es mejor tener buenas migas con la secretaria que ignorarla.
Pero ahora me doy cuenta de que las secretarias son el poder oculto, la mano que mece la cuna a nivel oficinístico. Si uno quiere conseguir algo o acelerar los trámites, ellas son la clave. A mi profesor de la tesis del magíster lo hinché y lo hinché para que me entregara la corrección del borrador, pero siempre estaba ocupado en giras o charlas, hasta que acudí a la táctica de hablar con Consuelo “para ver si se podían apurar un poco las cosas”. Funcionó. Recibí la corrección y las dudas que he tenido hasta ahora con los libros, se las pregunto a ella y me manda mails con attachments de lo que necesito. Estoy en gracia con Consuelo y se lo agradezco, porque si me tuviera mala o no me pescara, quedo en la lista de pendientes para el 2008.
Por eso el 1 de diciembre todos los floristas vendieron muchos ramos y muchos bouquets en el día de la secretaria, muchos ya se han dado cuenta de lo que valen. Claro que hay algunas a las que se les pasa la mano cubriendo los errores o deslices amorosos del jefe, y a veces son ellas mismas las protagonistas de esos deslices.
En fin, mi experiencia me dice que es mejor tener buenas migas con la secretaria que ignorarla.
viernes, diciembre 15, 2006
Marcas, marcas, marcas
Leí en un diario que las tres marcas líderes de Chile en el 2006 son Coca Cola, Metro y Nestlé. No tengo especial apego con ninguna. La Coca Cola me gusta, pero creo que hace como un mes que no tomo, así que fanática no soy. Y cuando tomo, prefiero la normal, porque la light me deja con su sabor a azúcar falsa en la boca por varias horas. Sobre Nestlé... me gusta el chocolate Capri de guinda o frutilla, pero prefiero los yogures de Soprole. Y en cuanto al Metro, el caso es distinto, porque no hay Metro A o Metro B para escoger, es eso o nada. Tengo sentimientos encontrados con esto, porque el metro es rápido, pero la ventilación es pésima, además que siempre está colapsado. Ahora les ha dado por anunciar llenos de risa que a partir del 10 de febrero, con el Transantiago, va a aumentar el número de pasajeros. Yo no le veo lo positivo, si la gente va a estar más apiñada que antes.
Y hablando de marcas en mi vida, este es un ejercicio ocioso, pero me entretuve haciéndolo.
Todas las mañanas me levanto y me sirvo un vaso de leche Soprole con un poco de avena con miel y pasas de Selecta. A mis gatos les doy su mezcla de pellets con relleno Whiskas. Después me pongo crema de limpieza Nivea en la cara, me la saco con toallitas faciales del Líder, uso tónico Agua de Luna de Lush, crema de día Nutrissime de L’oreal, desodorante Lady Speed Stick y bloqueador solar factor +50 de Vichy (esto es lo más caro que tengo en tema cosméticos y vale la pena, porque el sol es muuuuuuuy malo).
Para el baño uso shampoo Elvive pelo liso, bálsamo Familand de hierbas, jabón Palmolive de miel y avena cuando estoy apurada o un gel de St. Ives de melón y pepino si hay más tiempo.
Después me pongo brillo de labios Maybelline, vaselina sólida de Cruz Verde en las pestañas y sería todo.
Camino al trabajo me compro un yogurt Next de frutilla o frambuesa o un Yoghito de Soprole que me como a las 11, cuando el hambre ataca. O una mitad de marraqueta con margarina Soprole. O pan de molde integral de linaza de Ideal. Escribo con mi lápiz Post-It en mi cuaderno Torre. Me tomo un té Dilmah y boto la bolsa porque no me gustan las recicladas.
Por las noches repito la misma rutina cremística en la cara, sólo cambia la Nutrissime de día por la nocturna y agrego agua de rosas de Farmacias Reunidas. Si caminé mucho, me pongo en los pies un gel relajante verde de Natura y calcetines de algodón para que se absorba. Me preparo una sopa en sobre de Maggi o Knorr o una pasta tres minutos de Luchetti si no me dejaron nada del almuerzo...
Creo que esa es mi relación diaria con las marcas. No me he detenido a pensar la razón de porqué me gustan, simplemente me gustan.
Por cierto, mi gata sigue tomando antiobióticos y está recuperándose :) Gracias por el ánimo de los amantes de las mascotas.
Y hablando de marcas en mi vida, este es un ejercicio ocioso, pero me entretuve haciéndolo.
Todas las mañanas me levanto y me sirvo un vaso de leche Soprole con un poco de avena con miel y pasas de Selecta. A mis gatos les doy su mezcla de pellets con relleno Whiskas. Después me pongo crema de limpieza Nivea en la cara, me la saco con toallitas faciales del Líder, uso tónico Agua de Luna de Lush, crema de día Nutrissime de L’oreal, desodorante Lady Speed Stick y bloqueador solar factor +50 de Vichy (esto es lo más caro que tengo en tema cosméticos y vale la pena, porque el sol es muuuuuuuy malo).
Para el baño uso shampoo Elvive pelo liso, bálsamo Familand de hierbas, jabón Palmolive de miel y avena cuando estoy apurada o un gel de St. Ives de melón y pepino si hay más tiempo.
Después me pongo brillo de labios Maybelline, vaselina sólida de Cruz Verde en las pestañas y sería todo.
Camino al trabajo me compro un yogurt Next de frutilla o frambuesa o un Yoghito de Soprole que me como a las 11, cuando el hambre ataca. O una mitad de marraqueta con margarina Soprole. O pan de molde integral de linaza de Ideal. Escribo con mi lápiz Post-It en mi cuaderno Torre. Me tomo un té Dilmah y boto la bolsa porque no me gustan las recicladas.
Por las noches repito la misma rutina cremística en la cara, sólo cambia la Nutrissime de día por la nocturna y agrego agua de rosas de Farmacias Reunidas. Si caminé mucho, me pongo en los pies un gel relajante verde de Natura y calcetines de algodón para que se absorba. Me preparo una sopa en sobre de Maggi o Knorr o una pasta tres minutos de Luchetti si no me dejaron nada del almuerzo...
Creo que esa es mi relación diaria con las marcas. No me he detenido a pensar la razón de porqué me gustan, simplemente me gustan.
Por cierto, mi gata sigue tomando antiobióticos y está recuperándose :) Gracias por el ánimo de los amantes de las mascotas.
martes, diciembre 12, 2006
Gata enferma
A propósito de que mi gata está enferma, porque se metió donde no debía y su lengua tocó un poco de soda cáustica, he vuelto a estar familiarizada con el tema de los veterinarios, antibióticos, antiinflamatorios y demases. Y la verdad es que estoy preocupada, porque la gatita tiene una quemadura y no puede evitar babear por las mañanas, a ratos ni siquiera puede comer. Esta mañana la llevé al doctor a las 6.45... sí, antes de irme al trabajo... pero no podría ser de otra manera, una no se puede quedar ahí sentada mirando como un animal sufre y más encima sin que ella pueda decir lo que le pasa.
El veterinario la examina, le mira las pupilas, le toca los pulmones, las amígdalas, le pone el termómetro y al final deja de lado su papel de doctor, le hace un cariño en la cabeza y nos dice que es la paciente felina más bien portada que ha tenido... Ahora le dieron un gel y unas pastillas, que espero que funcionen...
Siempre me sorprendo de que no mucha gente pesque a los gatos. El sábado estábamos esperando en la consulta y había siete pacientes... seis perros y mi gata, y esa es la proporción casi siempre. Me gustan los perros, pero no entiendo la diferencia. Lo triste fue que uno de ellos se murió mientras lo estaban atendiendo... era un pastor alemán grande y su amo se lo llevó envuelto en una bolsa de plástico. Todos los que estábamos ahí sentimos pena. Es que no se puede dejar de pensar que podría ser uno...
El veterinario la examina, le mira las pupilas, le toca los pulmones, las amígdalas, le pone el termómetro y al final deja de lado su papel de doctor, le hace un cariño en la cabeza y nos dice que es la paciente felina más bien portada que ha tenido... Ahora le dieron un gel y unas pastillas, que espero que funcionen...
Siempre me sorprendo de que no mucha gente pesque a los gatos. El sábado estábamos esperando en la consulta y había siete pacientes... seis perros y mi gata, y esa es la proporción casi siempre. Me gustan los perros, pero no entiendo la diferencia. Lo triste fue que uno de ellos se murió mientras lo estaban atendiendo... era un pastor alemán grande y su amo se lo llevó envuelto en una bolsa de plástico. Todos los que estábamos ahí sentimos pena. Es que no se puede dejar de pensar que podría ser uno...
jueves, diciembre 07, 2006
¿Puede la gente llegar a cambiar?
Esta pregunta la planteo a propósito de la película que vi ayer, “16 Blocks”. Trata de un policía (Bruce Willis) ya entrado en años y acabado psicológicamente (se nota que está harto de su trabajo y es un alcohólico que toma hasta en horarios laborales). La cosa es que un día le encargan un trabajo de rutina, llevar a un preso desde la cárcel hasta el edificio del juzgado para que preste declaración. La distancia entre ambos lugares es de 16 calles, de ahí el nombre de la película. Y claro, durante el trayecto le pasan un montón de cosas con el preso, un negro joven y muy parlachín. Los tratan de matar, los extorsionan, les disparan, se esconden y los pillan, etc.
Lo que me gustó de la película era su trasfondo. El policía Willis se había vuelto corrupto en los últimos años y no era de los trigos más limpios, pero se la juega por salvar la vida del negrito. En un momento sus propios compañeros corruptos le dicen que para qué se arriesga tanto, si a quien está defendiendo tiene cargos por robo con violencia y ha pasado la mitad de su vida en prisión. Y cuando se pone a pensar, se da cuenta de que el negrito está harto de su vida, quiere cambiar y ser dueño de una pastelería, quiere tener otra oportunidad. En un principio no le cree mucho, pero el negrito le rebate diciéndole la gente sí cambia, sino que mire el ejemplo de Barry White, que en su juventud fue acusado de robar 300 neumáticos y se regeneró siendo músico. Le nombra otros ejemplos, no me acuerdo cuáles, pero también son personajes famosos que dejan atrás el lado oscuro.
¿En verdad cambiará la gente? No tengo respuesta para eso. He visto muchos en los que se aplica eso de “nacer chicharra y morir cantando”, aunque estén conscientes del mal que hacen a los demás siendo chicharras. Pero también he oído casos de personas que por determinación, por amor o por golpe de la vida en verdad se deciden a cambiar y lo cumplen. ¿Puede alguien que toda su vida ha sido un tarambana sentar cabeza en algún momento? ¿Puede alguien que siempre ha sido tímido dejar de serlo? ¿Puede un delincuente volverse honrado? ¿Puede alguien que duda de todo empezar a sentirse seguro de lo que está haciendo? A lo mejor hay gente que cambia, pero el cambio es pasajero y luego se vuelve al estado natural porque no se tuvo la suficiente fuerza de voluntad, pero yo prefiero creer que si uno se lo propone y en verdad lo quiere, sí se puede.
Ah, y como era de esperarse, la película termina con final feliz y una canción de Barry White.
Lo que me gustó de la película era su trasfondo. El policía Willis se había vuelto corrupto en los últimos años y no era de los trigos más limpios, pero se la juega por salvar la vida del negrito. En un momento sus propios compañeros corruptos le dicen que para qué se arriesga tanto, si a quien está defendiendo tiene cargos por robo con violencia y ha pasado la mitad de su vida en prisión. Y cuando se pone a pensar, se da cuenta de que el negrito está harto de su vida, quiere cambiar y ser dueño de una pastelería, quiere tener otra oportunidad. En un principio no le cree mucho, pero el negrito le rebate diciéndole la gente sí cambia, sino que mire el ejemplo de Barry White, que en su juventud fue acusado de robar 300 neumáticos y se regeneró siendo músico. Le nombra otros ejemplos, no me acuerdo cuáles, pero también son personajes famosos que dejan atrás el lado oscuro.
¿En verdad cambiará la gente? No tengo respuesta para eso. He visto muchos en los que se aplica eso de “nacer chicharra y morir cantando”, aunque estén conscientes del mal que hacen a los demás siendo chicharras. Pero también he oído casos de personas que por determinación, por amor o por golpe de la vida en verdad se deciden a cambiar y lo cumplen. ¿Puede alguien que toda su vida ha sido un tarambana sentar cabeza en algún momento? ¿Puede alguien que siempre ha sido tímido dejar de serlo? ¿Puede un delincuente volverse honrado? ¿Puede alguien que duda de todo empezar a sentirse seguro de lo que está haciendo? A lo mejor hay gente que cambia, pero el cambio es pasajero y luego se vuelve al estado natural porque no se tuvo la suficiente fuerza de voluntad, pero yo prefiero creer que si uno se lo propone y en verdad lo quiere, sí se puede.
Ah, y como era de esperarse, la película termina con final feliz y una canción de Barry White.
miércoles, diciembre 06, 2006
Quiero tener un guardaespaldas ahora
A veces, sólo por ser mujeres, estamos más desprotegidas. Me acuerdo que desde el colegio los permisos para niños y niñas eran distintos a pesar de tener la misma edad. En ese tiempo no lo entendía y me parecía injusto, pero ahora lo comparto un poco más, porque es cierto. No es lo mismo que por la noche ande en la calle una mujer o un hombre. Al hombre también lo pueden asaltar y dejarlo apenas con lo puesto, pero las mujeres se arriesgan a cosas peores... ya saben de qué hablo.
Y en el día, aunque una vaya paseando tranquila por la calle, no falta el baboso que se acerca y dice alguna rotería... incluso tocan algunos de cuello y corbata, todos caen en el mismo saco. Por eso es que me gustaría tener un guardaespaldas que sea rudo y atemorizante. Uno como Mario Baracus estaría muy bien. Así podría caminar tranquila, despreocuparme de que me roben el bolso los ciclistas que van por el costado; o ir a bailar a una discoteca y que nadie me moleste, porque mi guardaespaldas sólo les pegaría un combo en la cara y quedarían knock out. Me gustaría ser yo la que pegue los combos, esos que dan vuelta la cara y sale sangre. ¿Suena muy violento esto? Pienso que hay algunos que lo merecen, pero lamentablemente para mí, mis combos no le duelen a nadie.
Pasando a temas espaciales, comentaba con una amiga la pena que nos dio recibir nuestra revista National Geographic de diciembre... viene con un póster gigante de regalo del nuevo sistema solar, y ya no incluye más a Plutón. Me da pena porque fue dejado de lado como si no importara, y eso le pasa también a las personas, pero uno se defiende, en cambio él no.
Y en el día, aunque una vaya paseando tranquila por la calle, no falta el baboso que se acerca y dice alguna rotería... incluso tocan algunos de cuello y corbata, todos caen en el mismo saco. Por eso es que me gustaría tener un guardaespaldas que sea rudo y atemorizante. Uno como Mario Baracus estaría muy bien. Así podría caminar tranquila, despreocuparme de que me roben el bolso los ciclistas que van por el costado; o ir a bailar a una discoteca y que nadie me moleste, porque mi guardaespaldas sólo les pegaría un combo en la cara y quedarían knock out. Me gustaría ser yo la que pegue los combos, esos que dan vuelta la cara y sale sangre. ¿Suena muy violento esto? Pienso que hay algunos que lo merecen, pero lamentablemente para mí, mis combos no le duelen a nadie.
Pasando a temas espaciales, comentaba con una amiga la pena que nos dio recibir nuestra revista National Geographic de diciembre... viene con un póster gigante de regalo del nuevo sistema solar, y ya no incluye más a Plutón. Me da pena porque fue dejado de lado como si no importara, y eso le pasa también a las personas, pero uno se defiende, en cambio él no.
viernes, diciembre 01, 2006
Esperando las sandías
Lo bueno de esta época: que uno se levante y no haga frío, que uno pueda caminar por las noches y sentir el aire en la cara, que la ropa no demore nada en secarse, que se pueda usar hawaianas, que haya frutas de todos los colores (sólo falta que empiece la temporada de sandías muy rojas para ser más feliz), que todo esté teñido de rojo, el Viejito Pascuero y los feriados familiares de diciembre.
Lo malo de esta época: el calor odioso de 11am a 7pm todos los días, el sol que hace mal a la piel, subirse a una micro o al metro y tener que oler cosas de los demás que uno no debería oler. Todo lo demás es perfecto.
Lo malo de esta época: el calor odioso de 11am a 7pm todos los días, el sol que hace mal a la piel, subirse a una micro o al metro y tener que oler cosas de los demás que uno no debería oler. Todo lo demás es perfecto.
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