jueves, septiembre 11, 2008

Queen and King

¿Y vas a ir al concierto de Queen?, es la pregunta que escucho por estos días.
Perdón, pienso yo, lo que queda de Queen.
No lo sé todavía. Es mi grupo favorito, pero lo que está es lo que botó la ola y la canción nueva que escuché el otro día con Paul Rodgers no me gustó nada.
Pero por otro lado son Brian May y Roger Taylor, quizás nunca más tenga la posibilidad de escucharlos en vivo...
Aunque, ¿por qué tienen que lucrar con el nombre si el grupo ya se acabó?
Por eso digo que no lo sé todavía...

“La película”:
The Mist (“La Niebla”): Está disponible en dvd hace varios meses y ahora que la estrenaron en el cine me dieron ganas de verla de nuevo. De partida es la adaptación de un libro de Stephen King y ya con eso cuenta con un punto a favor. Quién no conoce alguna de las historias de S. King o no se asustó con esos payasos. Me faltan varias por ver y varios libros suyos por leer, pero siempre que voy a pedir alguno a la biblioteca están prestados. Por algo será. “The Mist” es la historia de un pueblo de Estados Unidos que de un día para otro se ve amenazado por una niebla misteriosa que lo cubre todo. Se toma como eje a un grupo de habitantes que termina encerrado en el supermercado. Nadie sabe lo que pasa afuera y empiezan a entablarse las relaciones: el líder, el oponente, el tipo que nadie pesca pero es más inteligente que todos juntos, las víctimas pasivas, etc. Hay un personaje –una vieja fanática- que termina formando bandos entre los encerrados y uno se pregunta hasta qué punto puede llegar cada persona por culpa del temor y la paranoia. Eso termina asustando más que los efectos de la niebla en sí y me queda claro que el encierro hace mal. Si hay dudas, basta ver a los participantes de los reality shows.

Me gusta mucho este tema. Ya había escrito algo al respecto y como pasó más de un año, voy a recurrir al vil reciclaje, total la memoria es frágil. Dicen.

Stephen King es un escritor estadounidense de novelas de terror y suspenso que aún vive y produce. La mayoría de sus historias han sido llevadas al cine en versiones buenas y otras no tanto. La cara de este señor es un poco siniestra y algunas de sus obras siguen asustando. Mis favoritas son...

Carrie: Carrie es la típica adolescente de la que todas sus compañeras se burlan porque “no está en onda”: se viste mal, tiene espinillas y gracias al fanatismo de su madre, tiene metido en la cabeza que todo lo que no es rezar ni ayunar es pecado. Pero la niña va saliendo del cascarón y se da cuenta de que el mundo no es tan así, y que además, cuando pasa por episodios de mucha rabia por las burlas que sufre en el colegio, tiene el poder de apagar luces y lanzar objetos. La Sarita Mellafe de su curso (o sea, la compañera pérfida) planea una broma macabra en su contra el día de la fiesta de la graduación y las cosas llegan a tal punto que Carrie…. Hay que verla o leer el libro.

Cementerio de mascotas (Pet Sematary): La trama es la siguiente: una familia compuesta por padre, madre, niña y niño se mudan a una nueva ciudad por una excelente oportunidad laboral del jefe de familia. Viven en una bella casa al lado de una carretera, así que el vecino les advierte que cuiden a los niños de posibles accidentes y atropellos. A los pocos días, el gato de la pequeña muere atropellado por un camión. El papá se vuelve loco porque sabe que la niña adora al gato, le cuenta la mala noticia al vecino y éste le sale con la historia del cementerio indio que está en la ladera posterior de la casa. La cuestión es que entierran al gato y al día siguiente, el felino vuelve a la casa convertido en un zombie muy maligno (engrosando la lista de gatos malos en el cine y la literatura por cierto). Pasan más días y el niño menor -de dos años o menos-, muere atropellado trágicamente mientras persigue un volantín que vuela hacia la carretera. Los padres enloquecen y pese a las advertencias del vecino, el tipo entierra al hijo en el cementerio maldito, así que ya pueden imaginarse lo que ocurrirá cuando el niño vuelva como zombie…

It (Eso): Esta película es la culpable de que al 50% de la población no nos gusten los payasos. It (o “eso”, porque es un ente indescriptible) es el payaso que aterroriza a un grupo de niños porque lee las mentes y se alimenta de seres vivos. Se salvan en la preadolescencia, pero años más tarde la pesadilla regresa y los protagonistas se reúnen para derrotar a aquello que los marcó. Más maldad y muerte. No me pregunten por el final, porque esta película me dio tanto miedo en la niñez que la dejé a la mitad y no he vuelto a verla por las pesadillas. Si alguien quiere contarlo adelante, las cosas leídas no asustan tanto.

Cujo: Nunca más los perros San Bernardo volvieron a ser blancas palomas babosientas después de Cujo. Un día en que estaba jugando en el bosque, este animal bueno y querendón fue mordido en una cueva por un murciélago y terminó adoptando costumbres asesinas y un gusto irrefrenable por la sangre. Mató sin piedad a varios que antes lo conocían como “el perrito lindo”. No da tanto miedo, se puede ver o leer con confianza.


El Resplandor: Esta debe ser la más conocida de la lista. Las gemelas siniestras, la cara de locura desquiciada de Jack Nicholson, el pavor de la pobre Wendy. Esto es terror psicológico más que nada. El libro no lo he leído, y aunque a King le duela admitirlo, parece que este es uno de los pocos casos en que la pantalla grande supera a la versión original. La película me asusta hasta hoy.
Creo que la clave de las películas de terror es la música. Lo comprobé cuando vi por primera vez “El bebé de Rosemary”. Ya había leído el libro, ya sabía lo que iba a pasar y lo que no, pero igual me anduve asustando en las escenas clímax. La culpable fue la música, que pone los pelos de punta.