Hay algo que anda dando vueltas últimamente y que me tiene cansada. Un libro y un dvd del nuevo concepto de moda: “The Secret”.
Por lo que he averiguado –porque siempre hay que saber digo yo-, la autora asegura en la contratapa que dará a conocer un secreto escondido hace miles de años y quien lo ponga en práctica traerá a su vida todo el dinero, amor y salud que pueda imaginarse... que basta con visualizar internamente lo que uno quiere, llenarse de energías positivas y zas! la magia llegará a ti.
(O sea, no estudies, porque si te visualizas graduado, te graduarás; no trabajes, porque si te ves millonario en el futuro así será...)
Es como la pulsera de los siete poderes, el mantra de turno y la plegaria vudú, todo combinado y puesto en lenguaje bonito con fuentes científicas que avalan la postura... Lo peor de todo es que he visto a muchas personas –desde ejecutivos a señoras con plata-, comprar el cuento, leer el libro orgullosos y proclamar frases de infocomercial del tipo “The Secret me cambió la vida, pruébelo usted también”.
Otra de las pomadas que vende TS es que si ves un tema en tu mente, inmediatamente empezarás a percibir alrededor réplicas del mismo (guau, poder mental). Perdón, pero eso es más viejo que el hilo negro y no tiene nada de mágico, es simplemente que cuando tu cerebro está “sobre aviso” respecto de un tema, inconscientemente empieza a seleccionar la información similar entre toda la avalancha de datos externos que se reciben a diario.
El engrupimiento continúa a niveles de estar dispuesto a pagar una buena cantidad de $$$$ por una conferencia que se realiza a fin de mes y que promete revelar “los secretos de El Secreto”... sin comentarios.
Gente engrupida siempre va a haber, pero lo que me sorprende es que haya tantos que caigan ante una fórmula barata que no tiene nada de novedoso (pensar positivo hasta fue el nombre de una campaña masiva que se hizo años atrás) y jure que con eso va a alcanzar el éxito. Ahora que lo pienso por un lado debe ser eso: la necesidad de triunfo y el aferrarse a cualquier promesa sin detenerse a pensar si vale la pena o no. Los seguidores pertenecen a un mismo grupo social también... los mismos que en los ’80 engancharon con esas charlas de motivación masiva que prometían la panacea en la Tierra.
Ya.... películas mejor.
La Residencia: Es una película española de 1969 que se ubica en un internado de señoritas de la Provenza francesa a finales del siglo XIX. La directora es de esas mujeres malas y estrictas, que vigila a las alumnas hasta cuando se duchan (no exagero), azota a las que desobedecen, quiere tener control sobre todo y no deja salir de la casa a su hijo de 16 años, quien gusta de espiar a las pupilas y es muy, muy tímido. En ese contexto empiezan a ocurrir desapariciones que la directora atribuye a “fugas de las estudiantes”, pero no, el final es harto más escabroso que eso. No tiene efectos especiales ni hay espíritus del más allá, pero la película no los necesita. Es de esas con mucha atmósfera. Siempre me sorprende ver algo que tenga tantos años de realización y sigan generando buenos comentarios.
Doomsday: Cuando me la nombraron yo pensé que era la muerte de Superman (que sólo he leído en cómic, pero nunca he visto en dvd, así que me entusiasmé). Pero no, “Doomsday” es una película que tiene que ver más con una epidemia que con el hombre de acero. Un virus mortal provoca el cierre de una ciudad en Inglaterra y 30 años después, quienes se salvaron envían una misión secreta a la zona cero para investigar las fotos que tomaron los satélites y que muestran que después de todo, hubo sobrevivientes. En tres décadas pueden pasar muchas cosas, entre ellas, que la gente se vuelva salvaje y antropófaga, o que un grupo decida regresar a la época medieval como una forma de rebeldía ante el mundo adverso. Es muy entretenida esta película, aparte que la protagonista es de esas heroínas con garra y las persecuciones tienen la estética de “Escape de Nueva York” y “Mad Max”. Ah, pero no canta Tina Turner.
REC: “Rec” es una película española hecha el año pasado y que desde entonces ha dado que hablar. Me habían dicho que era “muy, muy buena” y que “no iba a poder dormir del susto”. Con esos antecedentes la puse en el dvd. Es la historia de una periodista de TV que reportea lo que pasa una noche cualquiera en la estación de bomberos de Barcelona. No hay nada fuera de lo común hasta que reciben una llamada de alerta y terminan todos encerrados en un edificio con el camarógrafo grabando sin parar argumentando el manoseado “derecho de la información”. Ahí es donde empiezan a pasar cosas extrañas que no tienen que ver con fantasmas. Extraño, porque es lo primero que se le puede venir a uno a la cabeza. El terror tiene más que ver con no saber qué diablos está pasando y la sensación de encierro, que debe ser agobiante. Ahora en EEUU están haciendo un remake y revisando en Internet, los españoles se refieren a ese proyecto en tono despectivo y hablan de “copia”, cuando en realidad los permisos están dados legalmente. Además, sí, puede que estén haciendo la misma historia de nuevo, pero no es ningún robo considerando que la versión española también toma referencias de Hollywood, “The Blair Witch Project” por ejemplo... parece que es verdad eso de que no se trata de que aparezcan cosas nuevas, sino que se dé un giro novedoso a lo que ya se ha visto.
The Changeling: Siempre que hay listas de las mejores películas de terror de todos los tiempos nombraban ésta (de 1980) y como yo no la conocía, no sabía por qué. Hasta ahora. Es la historia de un hombre maduro que pierde en un accidente a su esposa e hija y, para reiniciar su vida, arrienda una mansión gigante en Seattle donde poder ensayar tranquilo el piano y recuperarse. De tranquilidad las pinzas por supuesto. En la casa oye ruidos, se abren las puertas, se siente a todas luces que hay alguien que quiere comunicarse y buscar venganza. No hay efectos ni sustos forzados y eso es lo mejor de la película. Hay una escena por ejemplo, de una pelota que cae rodando por las escaleras –después pasa lo mismo con una silla de ruedas-, que me dejó con taquicardia con sólo ver la reacción de los protagonistas. Relacionado con el punto anterior, “El orfanato” y “El Aro” están llenas de referencias a “The Changeling”, es más, toman las mismas ideas base y las reciclan. Aunque al final decae un poco, tiene puro terror genuino.
Sí, he visto hartas películas de terror últimamente, pero lo que me daría más miedo es que alguna de mis amistades viniera un día de estos a convencerme de las bondades de “The Secret” y me regalara el libro. Eso sí que sería terrible.