Tengo que decir que soy asustadiza, que tuve trauma infantil con Chucky y que Freddy Krueger me tuvo insomne por harto tiempo. Incluso que pasé miedo con “El Aro” y como después de eso la cosa se calmó, pensé que estaba redimida.
Pero veo que no, todo por culpa de “El Orfanato” (España, 2007)
La vi el lunes en el cine, de noche por supuesto y en segunda fila. Yo suponía que podía asustarme “un poquito”, pero no que iba a saltar del asiento en dos escenas puntuales con cuasi taquicardia.
Pero veo que no, todo por culpa de “El Orfanato” (España, 2007)
La vi el lunes en el cine, de noche por supuesto y en segunda fila. Yo suponía que podía asustarme “un poquito”, pero no que iba a saltar del asiento en dos escenas puntuales con cuasi taquicardia.
Después traté de contarle a mi mamá de qué se trataba para entusiasmarla, pero me dijo que esas cosas la asustaban y no me quiso escuchar (ya se ve de quién heredé la valentía...), así que lo cuento acá: una mujer regresa al orfanato donde se crió de niña y compra el viejo caserón para instalar un hogar de enfermos mentales con la ayuda de su esposo e hijo. Ahí comienzan a aparecer y desaparecer personajes. No digo más.
Al menos no me tapé los ojos en ninguna parte, eso es harto decir. Después pensaba que hay palabras que hacen que uno piense mal con sólo escucharlas. Orfanato por ejemplo, qué palabra más fea, me la da idea de humedad y oscuridad. También me pasa con padrastro-madrastra, tratamiento, inspección y varias más de las que justo ahora no me acuerdo.
El tema culinario: Tengo una hermana que estudia Ingeniería en Alimentos y que ya terminó los ramos del plan común, así que este año empezó con las cosas específicas de su carrera.
Por estos días en el refrigerador de mi casa hay dos tarros de una mermelada experimental de naranja con nueces y no sé qué más, que yo no me puedo comer porque es demasiado dulce. Demasiado (y lo dice alguien obsesiva por los chocolates). Yo sé que la hizo e invirtió esfuerzo, pero no puedo.
El otro día estaba acostada leyendo cuando escucho que me llaman desde la cocina:
-¡Ale! ¡Ale! ¡Ven!
-Qué...
-¡Hice charquicán deshidratado! ¡Pruébalo! (las cosas con las que se emociona uno cuando estudia eh...)
-No puedo. Me lavé los dientes y me pasé la seda dental.
-Prueba por favor...
La cosa es que odio el charquicán y desde que recuerdo, cuando en mi casa lo preparan de almuerzo yo como tallarines. Visualmente lo encuentro feo y toda la comida mezclada y apelotonada me hace pensar en.... (sí, vómitos)
Pero bueno, probé un poco y estaba demasiado salado. Demasiado. Parece que mi hermana tiene serios problemas con la regulación de la sal y el azúcar en clases.
Aunque al menos sabe cocinar... a otras nos cuesta más.
Nota al margen: Sobre el post anterior y las sugerencias que varios me hicieron de escuchar “El mago de Oz” con el disco de “The dark side of the moon” de Pink Floyd de fondo, la verdad es que no compro nada. Estuve leyendo en Internet y la cuestión huele a mito urbano. Imagino que algún ocioso hizo la prueba, le cuadraron unas frases y listo, simple casualidad. ¿No es demasiado rebuscado tener que poner el disco al tercer rugido del león de la MGM para que justo así funcione?
Por lo demás, los mismos miembros del Pink Floyd han negado cualquier relación y yo creo que ya deben estar hasta la coronilla cuando les preguntan del tema.