Ahora tengo visión amplia, me fijo en la gente y en los lugares. En las vitrinas de cualquier tipo de tienda, en el perro que se me cruza o el poeta de turno que voy a evadir.
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Bueno, yo miro con recelo. Si medio mundo se traslada allí es lógico que suban los precios a la par que las extravagancias. Si yo pudiera dominar mentes, pediría dejar la zona tranquila por un rato, así se calma un poco la... ¿euforia?. Al menos se aplicaría eso de que a menor demanda bajan los costos.
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Le tenía fe al asunto y no me defraudó, pero tampoco aluciné. No voy a hablar aquí de encuadres y aspectos técnicos porque no me va. A mí lo que me interesan son las historias, si están bien contadas mucho mejor. Y si no es así tampoco pediría que me devuelvan la plata, porque hasta de lo malo se puede aprender algo.
Siempre me llaman la atención esas tramas de desapariciones, misterios, cosas ocultas y violencia. Me recuerdan la historia de esa mujer que nunca más vio a su hija Andrea desde esa mañana cualquiera en que la niña salió de su casa para ir al colegio. Pasaron más de diez años sin que hubiera pistas de nada hasta que, cansada de la inoperancia policial, la madre buscó a una vidente para preguntarle dónde estaba su hija. Respuesta categórica: enterrada en el patio de la casa de un vecino, que la hizo entrar con engaños y la mató sin huellas.
La solución a la vuelta de la esquina y tantos años debieron pasar para descubrirlo ¿Pasará eso en todo ámbito de cosas?
Cuento la historia porque vi la foto de la niña muchas veces en los diarios y su cara todavía la tengo grabada en la cabeza.
Volviendo a la película, sí me gustó el tono oscuro-urbano y el lenguaje directo. Lo que me trae a la mente la razón de por qué odio tanto la poesía. Sí, la detesto. Me parece tan rebuscado todo que al primer verso ya estoy bostezando. Si la destinataria(o) del poema tiene, no sé, los ojos bonitos ¿para qué darse mil vueltas diciendo que dos luceros fulgurantes encandilan hasta al más obtuso? Pura palabrería. O quizás es el anhelo de volver a los sentimientos de los 15 años, como si eso fuera posible a estas alturas. Se ve harto difícil.
No señor, las cosas directas y sin rodeos sonarán siempre mucho mejor.
Ya casi se acaba enero. Quién lo diría, ha pasado tan rápido. Pareciera que revivo tipo 8-8.20 pm y pareciera que ahora hay muchas más opciones que el chocolate Capri a la siempre necesaria hora del azúcar. Aunque técnicamente, la idea haya empezado a manifestarse en el 2007.