La canción de hoy es
“Thriller” de Michael Jackson. Uno, porque me gusta; dos, porque coincide con el tema y tres, porque así recuerdo que tengo pendiente escribir algo sobre MJ, a ver si me inspiro para después.
Ahora que se acerca Halloween, no falta quién argumenta que es una tontera celebrarlo en Chile considerando su procedencia gringa, que es totalmente fuera de contexto que los niños anden amenazando a los vecinos con el
“trick or treat” como si fuera obligación regalar dulces sólo porque el miércoles 31 de octubre es Noche de Brujas.
Personalmente no pienso comprar dulces, y si los compro, la única que se los va a comer soy yo. Mala suerte si alguien llega a golpear a mi casa, mi perro Master se hará cargo de la situación. Muahahaha.
Hablando en serio, me alegra mucho más que sea feriado y después sandwich.
Pero de que los gringos influyen, está claro que sí. Más aún con la globalización que nos inunda.
Por ejemplo, sin los gringos, más de la mitad de los textos de Ciencia Política no tendrían razón de ser, son superpotencia nos guste o no.
Sin los gringos, volveríamos a escribir las preguntas así: ¿……? y las exclamaciones así ¡……!, porque pareciera que ahora se contagió masivamente la costumbre de poner el signo sólo al final. (
-Cómo estai? -Bien! -Por qué? -Porque sí!). Aunque no todo es tan malo, hay varias cosas que yo agradezco a los gringos y a su ingenio a veces un poco incomprensible:
La Coca Cola: Es lo primero que se viene a la cabeza cuando hablamos de bebidas. No sé si quita la sed, pero igual es rica. Estoy segura de que el ron y el pisco, si pudieran hablar, me apoyan en esto de que la Coca Cola es primordial. Influyente al punto de imponer el color rojo en el traje del Viejo Pascuero. Me quedo con la Zero, pero dicen que da cáncer (ahora TODO hace mal).
Los jeans: Todos sabemos la historia de la ropa de trabajo de tela Denim, que a partir de la década de 1950 se empezó a imponer como prenda juvenil. En la semana obviamente no puedo usar jeans (aunque a veces me pongo una falda oscura que se ve algo formal), pero los fines de semana, de allá soy. Son sinónimo de relajo. Me carga cuando en los libros españoles traducen la palabra como “vaqueros”.
La música: Me gustan mucho más los rockeros ingleses, pero agradezco la existencia del grupo Toto. Una de las primeras canciones que conocí de ellos fue
“Stranger in town”, la historia de un asesino prófugo que es buscado por toda Inglaterra, incluido el Buckingham Palace. Tonta yo, asumí que el grupo era inglés por las múltiples referencias a Londres, pero me equivocaba, son gringos y me encanta Toto. También me gusta Michael Jackson de la primera época (una cosa es la pedofilia y otra muy distinta es
“Don’t stop till you get enough”); The Doors, Creedence Clearwater Revival y Styx, entre otros.
Los dulces: Es que me matan los M&M y los Skittles.
Las buenas películas y las buenas series: Hay películas que son un bodrio, pero varias son dignas de destacar, partiendo en mi lista personal por “Lo que el viento se llevó”. Las series son cuento aparte, los gringos son secos para armar buenas tramas y tener a la gente en ascuas aún cuando vayamos por la quinta o sexta temporada. No cualquiera puede hacer eso, así que siempre he admirado a los guionistas. Estoy viendo
Grey’s Anatomy de nuevo, consiguiéndome los capítulos nuevos de
Héroes y esperando que vuelvan
Lost y
Doctor House.
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También agradezco la existencia de Bush, que es fuente inagotable de chascarros, sandeces y fotos freaks que me alegran el día cuando estoy aburrida. Dicen que cada nación tiene el gobernante que se merece. Ojo que eso va para nosotros también.