viernes, marzo 28, 2008

Locura práctica

Amigo que me llama al celular: Ale, te tengo que pedir un favor.
Yo: Sí, dime.
Amigo me dice por el celular: ¿Me puedes comprar una camisa? Tú sabes qué colores uso...

Ok, yo puedo comprar un whopper en el Burger King si me lo encargan, puedo cambiar un cheque que no es mío en el banco si tengo tiempo... pero comprar una camisa de hombre lo encontré más difícil que todo eso junto. Así que caminé a un Ripley pensando que no podría ser tan complicado, pero apenas entré me di cuenta que el departamento de hombres no es lo mío. No sabía qué comprar así que di vueltas hasta que un vendedor con cara de amable me preguntó qué andaba buscando y me indicó el camino al mágico perchero de las camisas buenas, bonitas y baratas.
Hay ciertos colores que quedan bien y otros no a determinadas personas. Creo que tengo algo de noción para eso.

El cumpleaños y Facebook
Fui al cumpleaños de una de mis mejores amigas el otro día y esos eventos -aparte de pasarlo bien y decirle a la cumpleañera que nunca será un grano de arena solo en el desierto-, sirven para observar a la gente y enterarse de qué se teje en materia social, qué tema “la está llevando”.
Y esta vez fue Facebook.
Que me encontré con Juanito, que apareció Pepita, que cuándo te vas a hacer tu profile, que inclúyeme mañana como amiga y bla bla bla.
Yo tengo perfil, pero ahí me quedé. Acepto a la gente que conozco y a los que me tincan, pero no invito a nadie. Entro tarde, mal y nunca, porque la verdad, lo encuentro bastante inútil.
Sí, puede ser que haya gente que se encuentre con otra que había perdido de vista hace mucho tiempo, pero en el fondo perder el contacto es... dejación. Si uno se propusiera buscar a una persona la googlea, usa blancas.cl, hojea la guía de teléfonos... es posible hacerlo sin Facebook, ese el punto. Sólo que claro, toma trabajo.
Y en términos de aplicaciones ¿Para qué voy a andar jugando a los vampiros o ganando puntos que no me sirven para nada? ¿Por qué debería unirme a causas virtuales que de buenas intenciones sólo tienen el nombre?
Por ejemplo, esa moda de que vuelvan los lentos. ¿Para qué diablos puede querer alguien que vuelvan a tocar lentos en las discos, si las veces que yo he ido, a la ex Oz por ejemplo, todo el mundo se va a sentar con cara de lateado cuando ponen uno? ¿Faltan acaso espacios de romanticismo? Para eso está el ingenio, no unas cuantas luces bajas y una canción en inglés que imponga abrazos, creo yo. Hay mejores formas de autoalegrarse.
Y eso que me gusta la música ochentera, pero los lentos no los paso.

Retomando la ida al cumpleaños, la mayor alegría fue haber estado con mis tres mejores amigos de la universidad. No nos veíamos los cuatro juntos desde octubre pasado, cuando se nos ocurrió hacer una sesión fotográfica que hasta ahora nadie fuera de nosotros ha visto porque es demasiado.... hilarante. La foto que nos tomamos este miércoles fue muy normal, si nos pusiéramos a comparar.
Y ese encuentro fue mil veces más valioso que cualquier Facebook.

Barrio Bellas Artes
Paseando por el artístico, caro, sobrevalorado pero igual lindo barrio de Bellas Artes, uno se puede encontrar con muchas cosas “especiales”. Por ejemplo, el aviso de “Se busca señorito para atender bar”, que la verdad no duró mucho tiempo puesto, será por la alta oferta de postulantes.
Otro aviso que me puse a leer era un llamado público a cualquier persona con alma de poeta para que pasara a formar parte de una colectividad de declamadores urbanos que, salomónicamente, repartirían las ganancias por partes iguales. ¿Volvimos a la era hippie? ¿Cuándo que no me di cuenta?.

Manifiesto Nueva Sangre
Tres cineastas chilenos, Ernesto Díaz (“Kiltro”, “Mirage Man”), Jorge Olguín ("Ángel Negro”, “Sangre Eterna") y Miguel Ángel Vidaurre (“Corazón Secreto”) firmaron hace algunas semanas el “Manifiesto Nueva sangre”, versión local del “Dogma 95” que impone una serie de requisitos a la hora de filmar, a simple vista dando importancia a la naturalidad y la improvisación. Estratégicamente, la norma también tiene su cometido: ser distribuidos por alguna productora independiente de EEUU, probablemente Magnolia Films o alguna otra que aportaría circulación en el extranjero del material (por ejemplo, Magnolia Films distribuye “Kiltro” a casi US$19 a cualquier parte del mundo).
El manifiesto tiene 13 puntos y yo no estoy de acuerdo con todos, por ejemplo, ese que impone la duración de una película entre no menos de 70 ni más de 90 minutos, o ese otro que denigra los filmes que son calificados para todo espectador. Como sea, la propuesta es interesante de analizar y discutir. Si alguien quiere ahondar, se puede ver AQUÍ y ACÁ.

El título del post por supuesto que no tiene nada que ver con todo lo que escribí, pero no importa, por algo está ahí para dejar constancia de la fecha.

miércoles, marzo 19, 2008

Verdad que empieza el otoño...

Me gustó especialmente este verano y lo despedí el domingo pasado jugando en una plaza y tomando helado. No tomé nada de sol en estos meses salvo cuando fui al persa de paseo, pero tampoco puedo prescindir de la vitamina D. Si tuviera que definir los últimos meses en una palabra, creo que sería felicidad.

Las películas: Estoy poniéndome al día con el cine oriental con lo que no vi el año pasado...

“2046”, película romántica, pero no melosa que cuenta la historia de un hombre que tuvo un gran amor en su vida, pero lo pierde y todas las mujeres que busca después poseen algún rasgo del modelo original, pero sin serlo completamente, así que las va dejando. Con una comparte la relación física, con otra la intelectual y con una tercera el alcance de nombre. Me habían dicho que pusiera atención a una frase: “De nada sirve encontrar a la persona correcta si es el momento equivocado” y vaya que tiene razón.


“Oldboy”, la historia de un hombre encerrado por quince años en un departamento sin saber por qué. Cuando al fin sale de ese lugar, obviamente busca venganza y personalmente, cualquier cosa que traiga aquella palabra incluida seguro que me va a gustar. La gracia es que en el desarrollo se va explicando por qué pasó lo que pasó y el supuesto vengador termina peor que al comienzo. Intensa, con esos cuestionamientos morales que logran que uno se pregunte qué haría estando en ese lugar y poniendo en el tapete temas que acá de seguro provoca infartos a los moralistas.

Últimamente estoy prefiriendo ir a ver acompañada las películas, así después las comento con el interlocutor(a) y evito comerme las ansias. Y atrasada, pero igual vi “Juno”. En general me gustó y me conmovió el final, pero a pesar del toque realista que le dan a la protagonista, no me creo mucho el cuento: nunca he visto a una niña de 16 años que sea así en la vida, que sepa datos como esos o que deje callados a los adultos. Quizás gusta porque es una proyección de lo que a mucha gente le hubiese gustado hacer o decir a esa edad, pero no sé si existe esa persona. En todo caso, los papeles masculinos me parecieron más creíbles que los femeninos.

La página web con trampa: http://www.aladygma.com/ es un sitio de fondo negro y números misteriosos que anuncia el próximo proyecto de J.J Abrams (uno de los creadores de “Lost”), después de “Cloverfield”. No dice mucho a simple vista, pero para los que tienen alma de detectives, tiene contenido oculto que sale a relucir usando un poquito la cabeza y siguiendo una simple instrucción.

El descubrimiento: La gente se ríe por esto, igual que por varias cosas más. Si parece que hay quienes gozan asustándome detrás de las puertas o haciéndome bromas en el metro, donde una debe guardar cierta compostura y no ponerse a gritar de la risa como quisiera. La cosa es que me han molestado porque soy supuestamente celosa. Nada más lejos de la realidad.

El dominó: Resulta que desde que recuerdo me gusta jugar al dominó, pero como el juego no es muy popular, no había con quien practicar. El año pasado, cuando escribí un posteo sobre los juegos de mesa, LA Rojas me desafió a jugar algún día y eso se cumplió el último verano. Apareció el contrincante que, para ser honesta, me ha ganado más partidas de las que quisiera y ha hecho que me pique más de lo que me gustaría demostrar. Pero no importa, me superaré y cuando consigamos un dominó que incluya hasta el chancho 9... otro gallo cantará y ganaré mis apuestas.

jueves, marzo 13, 2008

Mirageman y la historia paranormal

Yo no me llevo muy bien con el cine chileno, veo poco y la mayoría de las películas las descarto con sólo mirar el trailer. Las razones son varias: más de lo mismo, actores repetidos, tramas simplonas y siempre apelando al recurso fácil, la vulgaridad.

Pero algo cambió ayer, cuando vi Mirageman y salí del cine con un muy buen gusto.
Tiene mucho encanto la película, primero porque el héroe (Marko Zaror) es un hombre común y corriente que entrena artes marciales, toma micro, habla poco, trabaja como guardia en el club Passapoga y es bastante ninguneado, lo que lo hace fácilmente identificable para el empleado promedio.

Segundo, porque es realista: por lo general yo me reía con esas escenas de transformación del superhéroe, siempre tan rápidas e irreales. ¿Dónde escondía la ropa Superman, por ejemplo y cómo se las arreglaba para vestirse después y aparecer tan campante frente a Luisa Lane? ¿Sailor Moon se daba unas vueltas y ya estaba lista? Acá no, a Mirageman se le atasca el pantalón en una pierna, se demora más de la cuenta en ponerse la capucha y hasta le roban la chaqueta porque la dejó mal escondida.

Tercero, no es lo mismo atrapar a los malos en las calles de Nueva York versus Santiago de Chile, en la zona céntrica sobre todo, donde personalmente, ganas no me han faltado de pegarle un buen palo a los delincuentes que carterean o roban a la gente inocente. Ver a Mirageman haciendo todo eso hizo que me dieran ganas de que realmente existiera un justiciero enmascarado.

Especial mención también al personaje de Pseudo Robin, el desconocido que trata de ser el compañero de andanzas de Mirageman sobornándolo con la disponibilidad inmediata de dos Motocross.
También se ahonda en el efecto que genera el héroe en la prensa, pero mejor no hablar de eso. El gremio se aprecia más amarillista que nunca.

Rescato también toda la campaña de promoción de la película. Mezclar videos en Youtube (cuál de todos más gracioso) con afiches y guiños a la realidad local hace sentir cercanía. Estoy segura de que en unos años más ese fenómeno volverá a pasar a una escala mucho mayor y al fin tendré fe en el cine chileno como industria exportable y exitosa. Seguro que querré estar ahí, en todos los pasos.

Lo que no se vio
Lo especial es que como este evento fue avant premiere, el propio Marko Zaror, con traje de Mirageman, presentó la película y se mandó una de sus acrobacias a tres metros de donde estaba sentada yo.
Lo malo, es que estaba casi todo el personal de la radio Rock&Pop en la sala y hubo que escuchar a Nicolás Copano haciéndose el simpático como “conductor”. Sin comentarios.

La euforia vino eso sí al final, cuando todo el mundo salía sonriendo de la sala y el actor estaba disponible para saludar al público. Hubo aplausos espontáneos y muchas fotos: los niños pedían que el actor se pusiera la capucha y posara a su lado; las mujeres preferían a Zaror con la cara descubierta y los hombres, posando juntos y haciendo simultáneamente la típica posición de karate con las manos. Fue gracioso ver como cada grupo optaba por el héroe en el primer caso, la facha del actor en el segundo y el fanatismo en el último.

¿Yo? No, no me saqué fotos, prefiero mirar, digamos que me baja la vergüenza con eso de ser groupie. Sí me llamó especialmente la atención lo grande y musculoso que se ve en pantalla Mirageman. No es que en persona sea un enclenque, para nada, pero resultó ser más delgado de lo que pensé. Dicen que con todos suele pasar así al verlos en vivo y en directo.
Así que eso. Recomiendo la película y eso es harto decir. Más detalles en http://www.mirageman.cl/canal10/

La historia paranormal
Esto pasó el fin de semana en el sector de Providencia y el susto lo tuve de verdad. Resulta que estaba en la casa de una amiga, en un sector relativamente antiguo de la comuna. Tipo medianoche empezamos a sentir ruidos, alguien que caminaba en la pieza donde estábamos. El piso de madera crujía como si alguien se desplazara y lo prometo, no había nadie ahí.
Lo peor fue mirar el cuadro que estaba en la pared a través del espejo y darnos cuenta de que estaba más iluminado en una de las puntas. Y la luz estaba apagada.
Sí, pasé miedo. Yo que decía a todo el que me preguntara que no creía en esas cosas porque nunca las había vivido, ahora me salió el tiro por la culata. Algo muy extraño pasó ese sábado.

Mañana actualizo el otro blog. La lectura sólo puede hacer bien, dicen. Yo así lo creo.

viernes, marzo 07, 2008

De todo y nada en marzo

El gato. Conocí a un gato hace poco y como es cachorro le caí bien a la primera. Me mordió los pies y me olisqueó la cara pero lejos, lo que más me llamó la atención es que este felino toma Pepsi!
Ok, yo tuve un gato que en verano comía pedazos de melón y mi minino actual mata por la ensalada de brócoli, pero ¿¿¿Pepsi???? Eso no lo había visto antes y obvio que fue por culpa de sus amos que lo mal acostumbraron. Uno abre la botella y el perla empieza a maullar. Es un gato que “se atreve a más”.

Mea culpa. Hasta principios de este año, yo contaba feliz al que me lo preguntara que vi “American Gangster” el año pasado y pirateada en la comodidad de mi hogar. Y ahora que la estrenaron me sentí culpable de estar atacando así a la industria y asociados que se ganan la vida en el rubro.
Nunca he descargado una película porque el computador de mi casa es tan lento que no lo permitiría y sé que perdería la paciencia esperando, pero sí he comprado discos grabados a la mala. Bastantes. Ya sé que esto no es como asaltar a una familia inocente o dispararle a alguien, pero de todas formas no está bien. Además que las películas originales con extras y con su caja de colores son tan bonitas, llega a dar gusto mirarlas en las tiendas, salen muy buenas cosas de ahí.
Por eso, sé que mi dealer vende “John Rambo” desde hace semanas, pero me prometí verla en el cine y lo voy a cumplir. Una más de varias promesas que respetaré. Hay necesidades vitales pero esta no lo es, más bien uno se la crea para justificar la ansiedad. No importa que un amigo justo ayer me haya comentado por msn que ya la vio y vale la pena... aguantaré no más. Ahora estoy prefiriendo esperar y respetar los tiempos, por varias razones.

Las películas. (Todas son cortesía del video club de calle Compañía donde fueron arrendadas). “The Hitcher”, que estrenaron acá como “Asesino en la carretera”. Se basa en tres personajes, una pareja de universitarios que hace un viaje en auto y cuando todo parece que será un buen rato se topan con un psicópata al que deben llevar a bordo y les echa a perder la fiesta con amenazas y armas blancas. “Vacancy” u “Hotel sin salida”, en el mismo tono que la anterior, pero con la salvedad de que la pareja se queda atrapada en un hotel que está en medio de la nada y cuyo administrador y ayudantes son locos asesinos de los que hay que huir ahora ya. Curioso lo que pasa con estas películas, que reciben pésima crítica, pero igual se aprecia que hay un trabajo bien hecho detrás, producción, detalles muy cuidados. No son para el Óscar, pero tampoco para tirar al tarro de la basura sin más.
Las otras dos fueron “El niño de barro”, con Argentina de 1912 conmocionada por los asesinatos a niños, y uno de ellos -el protagonista por supuesto-, con extrañas visiones de lo que va a pasar y quiénes serán las siguientes víctimas. La última, la coreana “Sympathy for lady Vengeance”, era la historia de una ex presidiaria que sale en libertad para cobrar venganza por el crimen que no cometió. Suena a “Kill Bill”, pero es mucho más que eso, hasta permite una reflexión acerca del papel, pasivo o activo, de los familiares de las víctimas en los delitos.
Las cuatro fueron seleccionadas al azar y el detalle con el que me quedo, aparte de que me gustaron, es que todas coinciden en algo: una mujer disparando, por distintas causas, pero todas justificadas.

Las modas. No hablo sólo de ropa, sino también de creencias. Ordenar la oficina o la pieza según la filosofía zen y jurar que así se sacan las malas vibras cuando ese es un tema interno que no tiene nada que ver con la posición de unos simples objetos... como que no lo entiendo. Raro eso pretender traer una forma de ver la vida de cierta aparte del mundo y adaptarla a la nuestra ¿Qué tiene que ver uno con lo que han pasado los chinos y los indios por miles de años para llegar a ser lo que son ahora?

La caminata. En aquellos lejanos años de preparación de la Prueba de Aptitud Académica, sección Historia y Geografía, me bajó la locura de que para aprenderme bien lo que había hecho cada Presidente de Chile, sería interesante ir caminando a las plazas donde estaban los bustos de cada uno para leer las placas y aprender in situ. Claro, había algunos que eran más notorios que otros, había algunos muy detectables que se notaban de lejos, pero creo que el método funcionó. Tampoco me iba a poner a tomarles fotos o medirlos, para qué, pero hasta el día de hoy los extraños conocidos me molestan con eso, por qué será.

La molestia. Resulta que desde fines del año pasado tengo una pequeña alergia en el cuello que no es la gran cosa, pero me molesta saber que sigue ahí. He ido al doctor, he usado esas cremas que suelen recetar y no pasa nada.
Ayer, buscando otra opinión, llegué con una doctora que empezó con las mismas preguntas de siempre:
-¿Tiene contacto con animales? (Sí, todos los días. Además tengo un perro y dos gatos en mi casa)
-¿Usas cremas, perfumes? (Sí, uso, tengo varios)
-¿Es alérgica a algo? (No, que yo sepa)
-¿Has comido algo fuera de lo común? (No lo sé... si usted considera los cerebros de mono o las ancas de rana que me zampé el otro día como raro, podría ser.... No, mentira, ni siquiera probaría eso, pero el punto es ¿Para qué iría a gastar plata y tiempo en ir al médico si no hubiera repasado esto ya mentalmente y lo hubiera evitado al identificarlo?)
Nada contra el gremio, pero hasta ahora no me han dado ningún aporte ni me han contado algo que no sepa. Espero que eso cambie.

La lectura. Ah sí, dicen que la gente no lee, ni libros ni mucho menos páginas en Internet. ¿Será verdad eso? Lo voy a probar aquí.
Y se acabaron las vacaciones... voy a empezar a responder los comentarios de nuevo... a partir del lunes.